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Jesús (Irazoqui) y sus seguidores son retratados como radicales que se oponen a la estructura injusta del Imperio Romano. En el borde de la costa rocosa, Cristo predica y usa sus parábolas para atraer discípulos, aunque se le observa como severo y demandante. En sus viajes cerca del Mar de Galilea, a veces logra atraer a grandes multitudes, aunque en otras es expulsado. Sus parábolas muchas veces aluden a los poderosos, lo que llama la atención de fariseos, sacerdotes y hombres mayores, quienes conspiran para que sea arrestado, golpeado, enjuiciado y finalmente crucificado, tal como él lo profetizó a sus seguidores. Luego de su muerte, reaparece ante sus discípulos para entregarles sus instrucciones finales.

Pasolini, quien en muchas ocasiones declaró ser no creyente, logró dos premios en el Festival de Venecia de 1964 y tres nominaciones a los Oscar de 1967 gracias a este filme. El realizador tomó la mayoría de los diálogos literalmente del evangelio bíblico y, entre sus excentricidades, decidió hacer que su propia madre interpretara el papel de la Virgen María.