Cine

Sam Lowry (Pryce) es un hombre desafortunado, pero a la vez muy disciplinado. Él es un prisionero más de una ciudad que se expande como una pesadilla, gobernada por la hostilidad, el miedo hacia el estado y el consumismo. Su única forma de escapar es a través de sueños, en los que cada noche logra librarse del sufrido mundo al que pertenece. Pero la aparición de dos nuevos personajes en este orden establecido, incluyendo a una hermosa mujer, convertirán a este simple empleado en un supuesto terrorista al que hay que eliminar.

Terry Gilliam debió sostener una larga batalla con los productores, quienes insistieron en modificar el final para hacerlo "más feliz", en una pugna que finalmente el director británico logró ganar. Todo el estresante proceso tuvo su recompensa cuando su película fue nominada a dos premios Oscar.

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