Alfredo es un silencioso joven que una noche decide clavarse una mano en la muralla. Su vecino, sediento de publicidad, le clava la otra, y un periodista inescrupuloso hace lo mismo con sus pies para poder vender la noticia a un canal de TV. Lo curioso y dramático es que la misma madre del protagonista se suma al circo mediático y renuncia a desclavar a su hijo para obtener su parte de figuración mediática.
El dramaturgo Felipe Vergara ("María Bonita") precisa que su obra "apunta derechamente a una mirada a los contenidos que nos entregan los medios de comunicación y hacia el cómo, el cuándo, y el porqué hemos llegado a lo que hemos llegado. Seguimos un modelo y al parecer no estamos tan dispuestos a salir de ahí. Me da mucha risa ver tele porque es lo mismo en todos los canales a la misma hora y nada cambia".
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