El negocio de Marinello se ha expandido a Londres, Nueva Delhi, Nueva York y Milán, aunque el abogado asgura que sigue prestando sus servicios de manera gratuita en diversos casos.
AFP
LONDRES.- Apenas dos años después de fundar Art Recovery, una empresa especializada en la búsqueda y la restitución de obras de arte robadas, desaparecidas o saqueadas, Christopher Marinello ya es toda una estrella.
La valiosa obra "Mujer sentada", de Matisse, fue restituida a fines de mayo a la familia propietaria gracias a él. El "Retrato de un hombre", de El Greco, fue devuelto hace cuatro meses a los descendientes del coleccionista judío Julius Priester. Otra vez gracias a él.
La prensa especializada bautizó a este hombre de 53 años, de penetrantes ojos azules y acento de Brooklyn, con el apodo de "Sherlock Holmes".
"Mi equipo se burla de mí en ese aspecto", dice sonriendo, mientras muestra un pequeño libro dedicado al más celebre de los detectives de ficción, y que domina una de las estanterías de su despacho londinense.
Convertido en abogado después de resignarse a abandonar los estudios de arte —a falta de talento, según él— Christopher Marinello se labró un nombre en la oficina Art Loss Register, para la que trabajó durante siete años.
Después de dejar la empresa con algunos compañeros por "divergencias de opinión", montó Art Recovery en otoño de 2013, para "servir al mundo del arte de forma ética, responsable y legal".
Su empresa, con sedes en Londres, Nueva Delhi, Nueva York y Milán, estableció una base de datos de obras de arte robadas o desaparecidas, que aspira a ser la más completa a nivel mundial.
Operaciones encubiertas
Encontrar y devolver obras robadas está lejos de ser fácil. La restitución del cuadro de Matisse a los herederos del coleccionista de arte judío francés Paul Rosenberg le valió "18 meses de tortura", con los puntillosos procedimientos administrativos de las autoridades alemanas.
En raras ocasiones, Christopher Marinello se pone el traje de agente secreto. Una fue aquella en que recibió una llamada de un misterioso sujeto que se identificaba como "Darko", y que decía saber dónde se encontraban obras de arte robadas en 2008 en California, avaluadas en 20 millones de dólares.
"Ayudé a la policía de Los Angeles a establecer una operación, donde le hicimos creer que tenía que encontrarse con un agente de una compañía de seguros, cuando en realidad se trataba de un policía", recordó con malicia. Como resultado hubo varias detenciones, hasta la recuperación de las obras.
Las operaciones encubiertas siguen siendo sin embargo excepcionales, y a menudo su rol se resume al de mediador. El jueves, por ejemplo, dio con una escultura de Rodin valorada en 100.000 dólares.
El caso avanzó poco desde que esta pieza, robada hace 24 años, fuera identificada en 2011 en Nueva York durante una subasta. "En cuestión de un mes, obtuvimos un acuerdo" para devolver la escultura a sus verdaderos propietarios, se alegró el abogado nacido en Nueva York.
"Es una de nuestras especialidades, nos metemos en el medio de un caso y encontramos una manera de obligar a todo el mundo a ceder para solucionarlo", explicó.
Algunos de los trabajos de Marinello son gratuitos. Por ejemplo, cuando una galería malintencionada le roba sus obras a un artista, cuando una iglesia londinense quiere encontrar un busto del Siglo XVII robado, o cuando la policía quiere identificar obras incautadas. Hoy sus ojos están puestos en el desastre cultural que está dejando la ola de conflictos en Medio Oriente.