SANTIAGO.- El cantautor argentino Víctor Heredia tiene razones conocidas para sentirse ligado a nuestro país, y él mismo las destaca: Como compositor, ha ganado la competencia del Festival de Viña del Mar nada menos que en cuatro ocasiones. "Y ahí están las gaviotas, sobre el piano en casa, así es que tengo a Chile siempre presente", dice.
Sin embargo, hay otra situación que lo liga a nuestro país, menos tangible, pero que para él resulta tanto o más valiosa que esas gaviotas obtenidas: Canciones suyas como "Sobreviviendo" o "Razón de vivir" forman parte habitual del repertorio de nuestros cantantes de micros, algo que ha podido comprobar por sí mismo en sus visitas.
"Ellos tienen una trinchera de luz en la calle y desde ahí expresan lo que su corazón les dicta, que es también el corazón del pueblo", valora Heredia, dejando en claro que el trabajo de ese tipo de cantores ha sido fundamental en la difusión de su música.
Por lo mismo, tiene planes concretos: "Me he reunido con ellos, porque una de mis intenciones es juntarme con varios cantores de las micros y hacer un concierto con ellos, darles la posibilidad de que suban al escenario. Ahora estoy terminando una serie de presentaciones, pero cuando llegue a Buenos Aires veré si puedo ponerme en contacto con ellos".
Por lo pronto, la actividad de esos intérpretes le sirve también de barómetro para sus propias presentaciones, como las que
esta noche y mañana tendrá en el Teatro Municipal de Las Condes. Para éstas, sabe que temas como "Ojos de cielo" y "Bailando con tu sombra (Alelí)" no pueden faltar, ya que son algunos de los que más suenan en la locomoción colectiva chilena.
El resto del repertorio incluirá un breve homenaje a Víctor Jara —"no sólo porque me parece sustancial para la música chilena, sino de todo el continente", dice—, y un par de canciones extraídas de discos como
Canta Pablo Neruda (1974) y
Taki Ongoy (1986). Este último, uno que en los últimos días ha renovado su vigencia, gracias a la reciente publicación del ensayo "Taki Ongoy. Las lágrimas de América", firmado por el argentino.
Y sus clásicos, por cierto, temas que siempre encuentran nueva vida en tomas y manifestaciones sociales, lo que gratifica al cantautor. "Me hace feliz saber que mis canciones siguen siendo portadoras de la esperanza de modificar aquellas cosas que se siente que están mal en nuestra sociedad. Para eso están escritas, aun cuando sea en otro contexto social y otro tiempo", afirma.
Ese perfil sigue influyendo en su dinámica compositiva actual, ahora con la unidad latinoamericana como tema que le quita el sueño. Por lo mismo, manda un recado a autoridades como las de Chile, Perú y Bolivia, países que han protagonizado diferendos limítrofes: "Hay que aunar esfuerzos, profundizarlos, para que estas diferencias que existen entre nuestros pueblos desaparezcan definitivamente desde acuerdos. Ojalá se llegue a soluciones definitivas, también para aquellos países que aún no entienden que nuestra economía necesita de unidad".
Tras las presentaciones de este fin de semana en Santiago, su plan es volver para esa presentación con los cantores de micros, aunque no descarta que su nombre vuelva a sonar como compositor representante de Argentina, en las competencias de Viña del Mar.
Ello pese a que ve con cierta desazón a un certamen que hoy apenas da espacio a seis canciones, y que está prácticamente consumido por los shows. "El Festival de Viña es uno de los más prestigiosos del mundo, y no debiera perder lo que ha sido esencial en todos estos últimos años. Cuando veo que se deprecia, que se degrada el concurso de canciones, me apena mucho, porque ésa es la columna vertebral de Viña del Mar".
