El Mercurio
SANTIAGO.- Ya son 92 años de vida y 73 años desde su arribo a Chile. Tiempo que a todas luces puede sonar suficiente como para considerar el reciente Premio Nacional de Artes Plásticas a Roser Bru como un reconocimiento tardío, pero en este minuto feliz, la artista de origen catalán no está para pasar cuentas.
"Pensé que otro lo ganaría", dijo este lunes al ser anunciada como la ganadora por la ministra de Educación, Adriana Delpiano, en una frase que no encierra resignación —como ha ocurrido en otros casos—, sino sorpresa y satisfacción.
Sin embargo, su reconocimiento era esperado en el medio artístico nacional, que esta vez le dio su apoyo formal a través de organismos como el Taller 99 —el grupo que fundó Nemesio Antúnez en los 50— y personalidades como el director del Museo de Bellas Artes, Roberto Farriol.
Identidad y arraigo generacional son algunos de los elementos que destacó en su decisión el jurado, compuesto por Delpiano junto a los rectores de las universidades de Chile y Talca, Ennio Vivaldi y Álvaro Rojas; el representante de la Academia Chilena de Bellas Artes, Benjamín Lira; y Alfredo Jaar, último galardonado. Todos fallaron por unanimidad.
En su consideración, seguro está contemplado ese recorrido que comenzó en el histórico viaje a Chile del Winnipeg en 1939, barco en el que Bru llegó a los 16 años junto a cientos de exiliados de la guerra civil española.
La adolescente ya traía un fuerte vínculo con el arte, aunque fue aquí que lo formalizó, con estudios en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Chile.
Luego, como artista en pleno ejercicio, formó la generación del 50 junto a nombres como José Balmes —quien también llegó en el Winnipeg—, Gracia Barrios y Juan Egenau, y en 1956 entró al Taller 99.
En todo ese recorrido fue definiendo las claves de su pintura, que pasó por la acuarela para luego instalarse en pintura, dibujo y grabado, esta última una técnica que practica con disciplina semanal, todos los miércoles en el taller de fundado por Antúnez (la pintura, en tanto, es una relación cotidiana).
Su universo temático también es amplio, y ha pasado por etapas que van de lo político a lo poético, con preocupación por la condición humana, los problemas sociales, la vida y la muerte, en general, atravesados también por una óptica feminista.
La ceremonia oficial de premiación de Bru se realizará dentro de unos meses, cuando la Presidenta Michelle Bachelet le entregue el reconocimiento, 18 millones de pesos y una pensión vitalicia de 20 UTM.