SANTIAGO.- "El conjuro" fue uno de los mayores éxitos de taquilla del año 2013. La cinta dirigida por el malayo James Wan ("El juego del miedo") estuvo basada en un caso paranormal investigado en la década del setenta por Ed y Lorraine Warren, matrimonio reconocido por el Vaticano como expertos en posesiones demoniacas. Aquel filme de bajo presupuesto (se rodó con 20 millones de dólares, aproximadamente) se convirtió en una de las producciones de terror más populares de los últimos años, y los cuantiosos ingresos que generó — más de 500 millones de dólares— impulsaron la realización de una secuela. Esta nueva producción se estrenará el próximo jueves en Chile, y en ella se revive con excelentes resultados un mediático caso ocurrido hace casi 40 años en Londres.
La acción de "El Conjuro 2" comienza seis años después de los acontecimientos ocurridos en la primera cinta. En el intervalo, Lorraine (Vera Farmiga) y Ed (Patrick Wilson) se involucraron en la investigación de la "casa maldita" de Amityville, hecho que dejó severas huellas en la clarividente. Pese a ello, la pareja decide averiguar lo que ocurre al otro lado del Atlántico con una humilde familia británica.
En el barrio londinense de Einfield, una madre recién separada (Frances O'Connor) y sus cuatro niños empiezan a percibir hechos paranormales en su propiedad. La más vulnerable a esta situación es Janet (Madison Wolfe), de 11 años, la segunda del clan. Todo apunta a que la casa alberga a un espíritu vengativo que está ensañado con la menor. Por esto, la Iglesia Católica pide a los Warren que viajen desde Estados Unidos para investigar el caso. En el proceso también intervienen expertos del Reino Unido (una de ellas es interpretada por la alemana Franka Potente).
Al igual que en la primera entrega, aquí el protagonismo es compartido a partes iguales por la dupla de expertos y por la víctima central. Entre ellos se establece una relación fraternal que aporta emotividad a la historia.
El guión de esta secuela quedó en manos del mismo autor de la primera cinta, Chad Hayes. Eso sí que esta vez intervinieron, además, Leslie Johnson ("La huérfana") y el propio James Wan. La estructura del relato sigue la misma lógica de la primera película, por lo que gran parte del tramo inicial se dedica a mostrar el día a día de las víctimas. Ya hacia la segunda hora de metraje (tiene una duración de 133 minutos) la acción deriva en la investigación de lo que ocurre en la propiedad.
"El conjuro 2" marca el regreso de James Wan a las películas de terror luego de hacerse cargo de la desafiante realización de "Rápidos y furiosos 7" (2015). El creador de las franquicias "El juego del miedo" ("Saw") y "La noche del demonio" ("Insidious") tuvo que sacar adelante el proyecto tras la trágica muerte de Paul Walker en noviembre de 2013, y eso le significó enfocarse por más de dos años en esa única labor. El resultado de ese esfuerzo fue positivo para el realizador malayo, pues la industria le dio un espaldarazo por su trabajo en aquella megaproducción. Prueba de ello es que fue fichado por DC Comics para la primera película inspirada en "Aquaman".
El retorno de Wan a su género predilecto es un acierto. "El conjuro 2" logra crear una atmósfera aterradora, expone personajes bien elaborados y cuenta con una fotografía y musicalización que aporta con creces a la tensión del relato. A diferencia de "Annabelle" (spin-off estrenado en 2014), esta secuela sí se justifica.
