SANTIAGO.- En enero de este año, a la abogada Macarena Venegas le ofrecieron conducir un programa del área de telerealidad de Canal 13. Se trata de la reformulada versión de "Nadie está libre", un espacio nacido la década pasada en que rostros de televisión conversaban con reos sobre su vida tras las rejas. Ahora, en cambio, jóvenes al borde de caer en grandes problemas e incluso convertirse en delincuentes pasan una jornada completa junto a quienes están presos.
Los participantes en el espacio— todos mayores de 18 años y dispuestos a ser parte de la experiencia, aunque no tienen del todo claro de qué se trata—, son jóvenes que, según Venegas, tienen vidas que pueden ser peligrosas, pero no las han asumido como tal.
"Hay distintos temas. Entre las mujeres hay madres adolescentes que no realmente asumidas la responsabilidades propias y dejan a sus guaguas con los abuelos, hay jóvenes que tienen malas juntas con personas que han delinquido, que tienen antecedentes penales. Algunos que tienen ganas de vivir aventuras, sin medir los riesgos", dice la abogada y agrega: "En en el caso de los hombres, por ejemplo, hay quienes lo han tenido todo desde niños, pero no lo valoran respecto a los estudios, se aprovechan de esta seguridad y tiran todo por la borda por carretear". Lo más llamativo, explica es el escuchar a los jóvenes: "La gracia es conocer la historia en profundidad, eso siempre es una sorpresa para el televidente"
De hecho, explica la abogada, este particular factor sorpresa también implica un shock para los padres, pues muchas veces se enteran de muchas cosas sobres sus hijos que no conocían. "Son padres que están desesperados, buscan algo que ojalá los haga cambiar".
Pero en el capítulo no sólo hablarán de sus vidas o sus motivaciones (o falta de ellas), sino que quienes aparecen en "Nadie está libre" —generalmente tres por episodio— deben pasar por lo mismo que los nuevos internos: una especie de bautizo en que deben limpiar y lavar.
Ya en febrero comenzó la grabación del proyecto que Venegas considera "un gran desafío" en recintos penales de Rancagua, Colina, Valparaíso y en Puente Alto, además de la Penitenciaria y el Centro Penitenciario Femenino(CPF). "Lo interesante es que no es sólo visitamos varias cárceles, sino que centros penitenciarios distintos, donde se viven realidades distintas de lo que significaba estar privados de libertad", dice.
Venegas tiene claro que puede haber comparaciones entre "Nadie está libre" y "La Vega", el espacio de TVN que lleva a jóvenes que no estudian ni trabajan a este mercado conocido por sus agotadoras jornadas laborales. Para ella, la diferencia está en que estos chicos puedan o no ser flojos, sino que "van por una vía peligrosa". Para ella, la experiencia casi siempre termina con un buen resultado: "Creemos que hay una reflexión para los jóvenes"
Posibilidad de cambio
De manera de que la experiencia no se quede sólo en un recuerdo, la producción del programa le da la oportunidad a los chicos de hacer un cambio en sus vidas. Para esto, se les ofrece la posibilidad de hacer terapia individual o en conjunto con su familia.
Es por ello que cuentan con un encargado de hacer un seguimiento de la experiencia experiencia, que puede o no hacer una diferencia en la vida de los participantes: "Esto es súper auténtico, no hay un cambio en todos los jóvenes". Pero quienes sí se sienten motivados se les apoya por un largo tiempo para que las diferencias se consoliden en el tiempo. Porque, en muchos casos, dice Venegas, algunos dicen que la experiencia los marcó. "Dicen 'Quiero cambiar y necesito ayuda,' y nos hacemos cargo", asegura la abogada.