Wagner Moura interpretando a Pablo Escobar en "Narcos".
Netflix
SANTIAGO.- Antes de que se estrenara la segunda temporada de "Narcos", la familia del narcotraficante Pablo Escobar
pidió revisar la serie. Algo que no consiguieron.
Tras verla tras su debut general, Juan Pablo Escobar —su hijo mayor, quien ahora se hace llamar Sebastián Marroquín— aseguró durante una entrevista con El País de España: "Está llena de errores. Para empezar: yo no era un niño. En la serie parezco 'Benjamin Button', cada vez soy más chiquito, aparento ocho años. Yo tenía 16 años cuando murió mi padre. Y me enteraba de todo. Él siempre me contó que era un bandido, un narco. Veíamos la televisión y no le temblaba la voz al decirme: esa bomba la puse yo. Y discutíamos".
En cuanto a la brutalidad mostrada por
el personaje encarnado por Wagner Moura, Escobar también tiene una queja y no tiene que ver con que muestran a su padre como un monstruo, sino que por lo contrario.
"Mi padre era mucho más cruel de lo que se refleja en la serie. Sometió a un país con el terror. Hay que tratar esta historia con responsabilidad. Hay miles de víctimas y un país detrás que merece respeto. Están inculcando una cultura en la que parece que ser narcotraficante es cool. Me están escribiendo jóvenes de todo el mundo que me dicen que quieren ser narcos y me piden ayuda. Me escriben como si yo vendiera tickets para ingresar a ese mundo", comentó claramente molesto.
Si bien no es la primera vez que Marroquín muestra su descontento con el programa de Netflix, en esta oportunidad de muestra aún más desagradado con la
producción liderada por José Padilha y Eric Newman.
"Lo que más le molesta es que la serie ofrezca una imagen aparentemente realista de algo que para él no lo es. No se reflejan los momentos de soledad, miedo, zozobra, terror. La violencia era mucho más atroz de lo que la serie muestra. No estoy en absoluto orgulloso, pero tenemos que ser serios. Yo me ofrecí a colaborar con Netflix y lo rechazaron", asegura.
Luego, el hijo del narcotraficante agrega: "No vivíamos con lujos en la fuga. Ojalá el final hubiese sido con esas mansiones con piscina que aparecen en la serie. Tampoco estábamos rodeados de bandidos. Estábamos muy solos, todos le traicionaron, se entregaron o los mataron. A veces compraba una casa y en la misma noche teníamos que abandonarla y se perdía esa plata. Nos movía siempre con los ojos vendados. Decía que así si nos capturaban y nos torturaban no podríamos entregarle. No usaba el teléfono. Mi padre decía que era la muerte, que él siempre había localizado por el teléfono a la gente a la que quería matar. Tampoco mi abuela era esa mujer tierna que aparece ahí. Ojalá. Ella le traicionó con el cártel de Cali. Tuvo que elegir entre su vida y la de su hijo y eligió salvarse".
Además, el hombre que ya tiene 39 años, desmitificó otra de las historias que narra la serie. "Mi padre nunca quemó plata para calentarnos. Yo alguna vez en el documental que hice conté que pasamos hambre mientras estábamos rodeados de millones de dólares. Y es verdad. Una vez estábamos rodeados por la policía y nos quedamos sin víveres durante una semana. Ahí dije que para lo único que servía el dinero es para tirarlo a la chimenea. Pero nunca llegamos a hacerlo". Finalmente, comenta: "Es imposible cuidar la imagen de mi padre. Yo soy el más duro con él. Pero no mintamos. Mi padre mató a unas 3.000 personas. A la historia real le sobra violencia, explosiones, terror. No es necesario que unos guionistas creativos se pongan a adornarla con mentiras".