SANTIAGO.- "El beso es una tradición, es parte de la historia (…) Es una tradición importante que el público si quiere, la va a mantener, y nosotros obviamente si lo piden, sin duda que lo vamos a hacer", señalaba Martín Cárcamo a Emol, pocos días antes de que comenzara el Festival de Viña 2019.
Pero al parecer, el "Monstruo" dio de baja la tradición, como se ha podido apreciar en las últimas tres noches en la Quinta Vergara, en que el público presente en el evento de la Ciudad Jardín no le ha pedido a la pareja de animadores que cumpla con el rito.
No ocurrió lo mismo en la jornada inaugural, cuando Godoy y Cárcamo sí se besaron. "¿Podría darte un beso?", le preguntó el animador a su compañera, luego de que el "Monstruo" lo pidiera a gritos. "Por supuesto, pero hay otra pregunta", le respondió Godoy, a lo que agregó:
"¿A ti te gustaría que yo te diera un beso?". "Me encantaría", contestó Cárcamo, añadiendo que como el Festival cumplía seis décadas, el beso tenía que ser histórico.
Y así fue. La pareja de animadores juntó sus labios y se besaron durante seis segundos, lo que fue calificado como el beso más largo de la trayectoria del certamen de la Ciudad Jardín.
Sin embargo, en la segunda jornada, el público no pidió que Godoy y Cárcamo cumplieran con la tradición. Tampoco lo hizo en la noche del martes y lo mismo ocurrió hoy, a pesar de que el ambiente parecía ideal para ello.
Y claro, porque la programación de la cuarta jornada festivalera fue calificada por los animadores como "romántica", por la presencia de los mexicanos Marco Antonio Solís y Carlos Rivera. Es por esto que Cárcamo aprovechó la ocasión para elogiar a su compañera de labores, regalándole una rosa de color rojo y besándola en la mejilla.
Foto: Agencia Uno
¿Se acabó el beso? Habrá que ver qué ocurre en las dos noches que quedan de festival. Al menos hay animadores que ya lo han cuestionado, como Tonka Tomicic, quien tras el episodio vivido por la cantante Camila Gallardo con el alcalde de Puerto Varas, aseguró tajante que "sacaría el beso", porque la realidad ya no es como la de antes en que "si no dabas el beso, cuestionaban el trabajo".