Hablar de la
Guerra del Pacífico es, casi siempre, una suma de batallas, fechas, actos de heroísmo y nombres que marcaron la historia de Chile, Perú y Bolivia. Pero hasta hoy sigue quedando en el tintero el
rol que jugaron, de una u otra manera,
muchas mujeres durante el conflicto. Básicamente, porque
la inmensa mayoría de los relatos y las miradas a este episodio histórico
han sido masculinos.
Tal vez por eso resulta tan valiosa e interesante
"Las mujeres de la guerra" (Ediciones B, $14.000), la
más reciente novela de la escritora chilena
Andrea Amosson, actualmente radicada en Texas, Estados Unidos.
Nacida en Antofagasta, esta periodista de la Universidad Católica del Norte y máster en Literatura por la Universidad de Chile, ha desarrollado una carrera literaria que incluye
novelas previas como "Las lunas de Atacama" y "Rictus". Estas fueron parte del camino que la llevó a
explorar la Guerra del Pacífico desde un ángulo diferente:
a través de los ojos de Vera Ninkovic, la hija menor de una importante familia croata de Dubrovnik, quien escapando de un matrimonio no deseado, acabará llegando a Chile en el umbral de la guerra. Pero no estará sola, ya que junto a otras mujeres, como Mercedes, la Changa o Jacinta, deberá enfrentar un incierto futuro muy lejos de su hogar.
A poco más de dos meses de su publicación,
"Las mujeres de la Guerra" ha sabido hacerse un
espacio importante en los diferentes
listados de libros más vendidos en Chile y, gracias a eso, ya se prepara una
nueva edición. Por eso quisimos conversar con su autora sobre sus motivaciones, su mirada del conflicto y su carrera literaria en EE.UU.
- ¿Cómo nació la idea de esta novela ambientada en la Guerra del Pacífico, en la que los personajes femeninos son los protagónicos?- La idea nació durante una estadía de cuatro meses en Iquique con mi familia, en 2017. Yo me preguntaba dónde estaban los relatos de las mujeres y del océano, y me daba la impresión de que en el norte hemos vivido de espaldas al mar, siempre enfocándonos en el desierto. Por otro lado, Iquique se transforma cuando se acerca el 21 de mayo: se ensayan los desfiles, se recrea la historia, hay visitas guiadas a la réplica de la Esmeralda. Todo esto contribuyó a que la historia se situara alrededor del gran combate naval. En cuanto a los personajes protagónicos, son femeninos porque hace años decidí crear mundos literarios habitados por mujeres con quienes las lectoras nos podamos identificar.
- En ese sentido, ¿consideras que el rol de las mujeres en este conflicto ha tenido poco reconocimiento en Chile? - Creo que nos hace falta completar ese gran vacío que fue el rol de la mujer en el conflicto y en la historia de Chile en general. Me imagino que no fue documentada, que no hay suficientes testimonios o lo que existe tal vez se consideró "fuente no válida"; pienso en cartas o diarios íntimos, por ejemplo. La mujer habitaba el ámbito de lo doméstico y si era privilegiada, sabía leer y escribir; es el contexto. Espero que se puedan encontrar documentos que echen luz sobre el rol que cumplieron y lo hagan en justicia también, como por ejemplo Irene Morales, que estuvo en el frente de batalla pero se le califica de "cantinera".
- Hablemos de la protagonista de tu novela, Vera Ninkovic. ¿Cómo fuiste construyendo a este personaje? ¿Te inspiraste en alguien?
- Vera está construida a partir de mi experiencia personal con la gente de los Balcanes -Montenegro, Serbia, Bosnia, Croacia-. Ellos tienen ese carácter fuerte, querendón y aguerrido que despliega Vera; y el hecho de crecer rodeada de hijos de aquellas tierras lejanas, en Antofagasta e Iquique. Una de las decisiones que tomé fue que Vera debía provenir de Dubrovnik, que era una ciudad próspera en esa época, con familias lo suficientemente ricas y poderosas como para sustentar su espíritu libre. También usé de referente a las mujeres exploradoras británicas que dejaban sus hogares para irse a conocer y documentar el mundo.
Crédito: Penguin Random House. - La figura de Leonora Latorre, de "Adiós al Séptimo de Línea", ¿influyó de alguna manera en esta obra?- No sé si conscientemente influyó en la obra, porque lo leí hace más de veinte años. Pero sí pienso que un escritor es una acumulación de lecturas que van enriqueciendo su propia escritura.
- En tu novela anterior, "Las lunas de Atacama", su protagonista es Wyetta Eastman, hija de ingleses dueños de salitreras. ¿Te interesa explorar de manera especial las voces de mujeres del pasado en el norte chileno?
"Hace años decidí crear mundos literarios habitados por mujeres con quienes las lectoras nos podamos identificar"
Andrea Amosson
- Me interesa explorar las voces de mujeres en todo tiempo y lugar, pero lo que ocurrió con "Las Lunas de Atacama" fue que descubrí que me gusta mucho el género de novela histórica. Para mí, es una excelente combinación entre el periodismo -por las lecturas e investigación necesarias para darle buena base a la obra- y la literatura. Por eso, cuando recibí la invitación a publicar con Ediciones B, no lo dudé y ofrecí el manuscrito de "Las Mujeres de la Guerra", dejando para otro momento una novela contemporánea que acababa de terminar por esas fechas.
- ¿Cómo ha sido la experiencia de comenzar tu carrera como escritora en Estados Unidos y que ahora esta novela llegue a los lectores chilenos?
- Ha sido muy buena, porque yo no estaba en Chile para hacerle "relaciones públicas" a los manuscritos. Las obras se defendían solas a través de correos electrónicos donde yo era un nombre sin rostro ni conexiones. Por lo mismo, estoy muy feliz con esta nueva publicación, ya que el libro literalmente está en todas partes y los lectores y lectoras de Chile me están apoyando muchísimo, eligiendo mi libro por sobre otras maravillosas obras. El apoyo de la editora, Marcela Escobar, también ha sido fundamental; su acompañamiento fue vital para que la obra llegara a buen puerto.
- ¿La Guerra del Pacífico es un momento de la historia de Chile del cual te gustaría volver a escribir?
- Siendo un conflicto tan largo, por supuesto que no descarto revisitarlo, tal vez en la mirada de las soldadas. Hay muchas historias olvidadas, batallas sangrientas, lugares en medio del desierto donde todavía encuentras restos de zapatos, de platos enlozados. Tanto la guerra como Atacama son un espacio/tiempo donde la imaginación da para mucho.
-¿Y tienes ya un nuevo proyecto editorial?
-Sí, ya estoy trabajando en algo nuevo. Pero sigo en la etapa en que los personajes me están hablando al mismo tiempo y no sé bien cuál es el narrador. Esto me suele suceder, lo acepto como parte orgánica de la creación. Lo que no varía es mi deseo de continuar creando historias con mujeres protagonistas. Me parece que son necesarias, sobre todo si las mujeres somos quienes más leemos obras de ficción, no solo en Chile sino que en Estados Unidos y en otras partes del mundo también. Asimismo, espero contribuir a crear una imagen realista de nosotras mismas en la literatura.