San Francisco destinará unos
US$ 600 mil (alrededor de $400 millones) para
cubrir una obra de arte histórica que alguna vez fue considerada educativa e innovadora, pero que ahora
se la califica de racista y degradante por su representación de los negro y nativos americanos.
Se trata de la
"Vida de Washington", una pieza que fue pintada por
Victor Arnautoff, uno de los muralistas más destacados en el área de San Francisco durante la Depresión. La decisión de la Junta Escolar de pintar sobre el
mural de 83 años de antigüedad, ha hecho que algunos se preocupen de que otras obras de arte de la denominada
era del New Deal, puedan enfrentar un destino similar debido a la sensibilidades cambiantes.
Además de mostrar a Washington como soldado, inspector y estadista, el
mural de 13 paneles y 487 metros cuadrados en la Escuela Secundaria George Washington, contiene
imágenes de pioneros blancos junto al cuerpo de un nativo americano y esclavos que trabajan en la finca Mount Vernon de Washington, en Virginia.
"Pintarlo representa no solo un nuevo comienzo simbólico, sino que un real nuevo comienzo"
Mark Sanchez, vicepresidente de la Junta Escolar
La decisión de la Junta Directiva se produce en un momento en que se están reexaminando los
legados de Washington y otras figuras históricas que tenían esclavos. De hecho, algunas ciudades han cambiado los nombres de calles y edificios con nombres de dueños de esclavos.
Richard Walker, profesor emérito de Geografía en la Universidad de California, Berkeley, y director del proyecto de historia "Living New Deal", señaló que
el mural de Washington pretende mostrar los "hechos incómodos" sobre el primer Presidente de Estados Unidos. Por esta razón, fue una de las muchas obras de arte del New Deal que se consideraron radicales cuando se crearon.
"Deberíamos dar la bienvenida a la
representación honesta", sostuvo Walker, agregando que
destruir una pieza de arte "es la
peor manera en que podemos
lidiar con la mala conducta histórica, los demonios históricos".
Por su parte, Mark Sanchez, vicepresidente de la Junta Escolar y profesor de tercer grado, indicó que
los estudiantes que deben pasar el mural durante el día escolar,
no tienen opción respecto a ver las dañinas imágenes. "Pintarlo representa no solo un
nuevo comienzo simbólico, sino que un real nuevo comienzo", dijo.
Lope Yap, Jr., vicepresidente de la Asociación de Ex Alumnos de la Escuela Secundaria George Washington y graduados de 1970, se manifestó en desacuerdo, y explicó que cuando era estudiante y vio el mural, "estaba asombrado por las
maneras sutiles en que Arnautoff podía criticar la historia de Estados Unidos". Añadió que las representaciones son "tesoros, arte de valor incalculable" y que
pintarlo equivale a pretender que la historia representada nunca sucedió.
"No estoy con la censura", dijo Yap. "Me gustaría lidiar con la historia para
evitar que esto vuelva a suceder", agregó.
Crédito: The New York Times.
"Un tesoro público inmenso"
El mural es un fresco, lo que significa que está pintado en la pared y
no se puede quitar fácilmente. No será eliminado de inmediato, y si surgiera una demanda u otro atraso, se cubrirá hasta que el tema esté resuelto. La Junta Escolar planea
archivarlo digitalmente.
La mayor parte de los US$ 600 mil del proyecto, serán destinados a la revisión medioambiental que se requiere y a cubrir desafíos legales.
La Escuela Secundaria George Washington tiene
alrededor de 2.000 estudiantes. Casi todos son
personas de color y muchos provienen de
familias de bajos ingresos. Ya en la década del '60, algunos alumnos reclamaron que las imágenes del mural eran ofensivas y racistas. Las nuevas críticas surgieron en los años recientes, en medio de protestas en el sur y otras partes, sobre estatuas que honran a los héroes confederados.
Arnautoff, un comunista y crítico social nacido en Rusia, fue contratado con fondos del Federal Art Project, como parte del New Deal del Presidente Franklin D. Roosevelt, una serie de programas gubernamentales destinados a sacar al país de la Gran Depresión de la década del '30.
"Me gustaría lidiar con la historia para evitar que esto vuelva a suceder"
Lope Yap, Jr., vicepresidente de la Asociación de Ex Alumnos de la Escuela Secundaria George Washington
Él fue parte de un grupo de artistas que pintaron murales en la Torre Coit de San Francisco, lo que llevó a retrasar la apertura del edificio. La pieza de Arnautoff, llamada "Vida en la ciudad", muestra a trabajadores urbanos reunidos alrededor de un quiosco de periódicos y revistas socialistas. La obra enfrentó críticas por no incluir al conservador San Francisco Chronicle.
"
Victor Arnautoff estaba muy adelantado a su tiempo y aún tenemos que ponernos al día con él en términos de
hacer el currículum escolar más inclusivo e históricamente exacto", sostuvo Harvey Smith, presidente de la National New Deal Preservation Association.
A Walker y otros partidarios del mural les preocupa que su eliminación pueda indicar que
es aceptable destruir los otros miles de murales New Deal que hay en todo Estados Unidos. Activistas han tenido éxito en cubrir una serie de murales en la Universidad de Nuevo México. Otros en Nueva York y Iowa han sido vandalizados, pintados y posteriormente restaurados.
"El mural
es un tesoro público inmenso durante uno de los pocos períodos de la historia de los Estados Unidos donde el gobierno federal apoyó el arte público, los espacios públicos y los bienes públicos", señaló Walker. "Ha sido el derecho el que siempre ha atacado al New Deal con programas sociales", agregó.
Walker
sugirió que en lugar de destruir el mural, las autoridades escolares
simplemente lo cubran, y exijan que
los estudiantes de primer año tomen un curso sobre la esclavitud y el papel de California en subyugar a los nativos americanos.
Para Sanchez, eso no es suficiente.
"Entiendo la importancia del arte e intentar cubrir cualquier tipo de arte, debería ser lo último que hagamos", dijo. "El punto de partida debe ser de aquellos que se sienten dañados y que eso es inaceptable, especialmente dada la historia de este país.
Cuando no escuchamos, no aprendemos", concluyó.