HONG KONG.- El Parlamento de Hong Kong rechazó hoy la reforma electoral propuesta por China, en un desafío a Beijing que paraliza por el momento el desarrollo político y la implantación del sufragio universal con restricciones para la elección del máximo mandatario de la ex colonia británica.
La propuesta avalada por el Gobierno de Beijing no logró reunir la necesaria mayoría de dos tercios, equivalente a 47 votos de entre los 70 miembros del legislativo de Hong Kong durante la votación que tuvo lugar esta mañana.
La reforma planteaba la oportunidad de implantar, por primera vez, el sufragio universal en las próximas elecciones al gobierno de Hong Kong en 2017, aunque solo habría dos o tres candidatos que debían ser preseleccionados por un comité compuesto de 1.200 miembros afines en su mayoría al Gobierno de Pekín.
A la hora de la votación, y tras un intenso debate que comenzó ayer, más de treinta legisladores afines al gobierno abandonaron el hemiciclo, lo que motivó que sólo se emitieran 36 de los 70 votos: 8 a favor y 28 en contra.
De todas formas, la propuesta habría sido rechazada igualmente si todos los legisladores hubieran estado presentes, ya que el bloque opuesto a la reforma impedía una mayoría favorable de dos tercios.
La parlamentaria prochina Regina Ip pidió disculpas por la ausencia de sus diputados durante la votación y atribuyó la causa a un problema de comunicación, después de que muchos de ellos salieran fuera del hemiciclo para buscar a un legislador que minutos antes se había sentido indispuesto.
Tras conocerse el resultado, los parlamentarios demócratas desplegaron en el interior del hemiciclo una pancarta y paraguas amarillos, símbolo de la "revolución de los paraguas" que la propuesta de Pekín generó en los últimos meses del año pasado con la ocupación de calles y plazas durante varios meses.
Fuera del edificio del Consejo Legislativo, fuertemente custodiado desde ayer por miles de policías, comenzaron a oirse gritos de vítores y abucheos de los cientos de manifestantes a favor y en contra de la propuesta.
"Mostremos al mundo que no somos tontos", dijo la legisladora demócrata Claudia Mo antes de la votación: "si quieres ser fiel a la palabra democracia y al sufragio universal, no tenemos otra opción que votar en contra de ella."
El resultado supone una victoria un tanto amarga para los legisladores liberales y las agrupaciones democráticas, ya que han rechazado un plan que permitía votar a todos los ciudadanos aunque para ellos estaba lejos de una elección realmente libre.
Las masivas manifestaciones del pasado año pidiendo a China más flexibilidad democrática no lograron persuadir un ápice al gobierno de Beijing, quien advirtió que la única reforma posible para Hong Kong para 2017 era la que hoy fue rechazada.
Para los partidarios de Beijing, la propuesta china suponía una gran mejora sobre el actual sistema democrático para la ciudad, argumentando que cabía la opción de que el nuevo sistema pudiera ser mejorada en el futuro.
Justo antes de la votación, Carrie Lam, la número dos del gobierno regional y defensora de la reforma, intentó convencer al bloque opositor urgiendo desde el estrado: "para el desarrollo democrático de Hong Kong, por el derecho al voto de los cinco millones de votantes y para el beneficio y bienestar de los habitantes de Hong Kong, una vez más insto a todos los miembros del Consejo Legislativo a apoyar la propuesta con su voto".
Con el retorno de Hong Kong a China en 1997, el Gobierno de Pekín se comprometió a instaurar el sufragio universal para la elección del jefe del ejecutivo local a través "de un comité ampliamente representativo de conformidad con los procedimientos democráticos", según recoge el artículo 45 de la Ley Básica (la Constitución) de Hong Kong.
La propuesta que hoy fue rechazada incluía ese plan para 2017 y ahora habrá que esperar al menos hasta 2022 para volver a iniciar el proceso según las directrices del Gobierno chino.
Con un Parlamento más dividido que nunca, Hong Kong celebrará nuevos comicios en 2016 con elecciones a su Consejo Legislativo.
Esa será la primera prueba política y social para comprobar los efectos que la votación de hoy ha dejado en la sociedad hongkonesa.