El gobierno espera la apertura del mercado, este lunes, para observar si las enérgicas disposiciones dadas a conocer este fin de semana detendrán la racha bajista de 30% registrada en el último mes.
La otra posibilidad es que los inversionistas inquietos que suscribieron grandes préstamos para especular en acciones sigan vendiendo.
Luego de un fin de semana de extraordinario movimiento financiero, c
orredores y gestores de fondos se comprometieron a realizar compras masivas de acciones, apoyados por una empresa de financiamiento a las operaciones respaldada por el Estado.
Dicha empresa, a la vez, dispondrá de una línea de liquidez directa del Banco Central para reforzar la estabilización del debilitado mercado de acciones.
Las autoridades chinas dispusieron, además, la paralización de la emisión de nuevas acciones, echando por tierra los planes de decenas de compañías que buscaban emitir acciones por primera vez.
La acción es una táctica que las autoridades chinas ya ha usado en otras oportunidades para sostener a los mercados.
Algunos analistas temen un posible "estallido" de la burbuja bursátil en la potencia asiática que tendría hondos efectos sobre la economía global, especialmente en los países exportadores de commodities -como Chile-.
Por el momento, apunta a la agencia Bloomberg el analista de la empresa IG Asia, Bernard Aw, "el sentimiento en el parqué es de pánico, y es extremadamente difícil calmar a un oso cuando huye".
Abrir las "compuertas del dinero"
Un sondeo online realizado este fin de semana por el distribuidor de fondos eastmoney.com, que consultó a más de 100.000 individuos, muestra que los inversores creen que los índices de acciones subirán más de un 5% el lunes debido al efecto de las medidas.
"Va a ser necesario que el Banco Central abra las compuertas (del dinero) para volver a los 4.500 puntos en (la bolsa de) Shanghai", comentó un administrador de inversiones que habló bajo condición de anonimato.
Las principales corredoras de China prometieron este sábado la compra conjunta de al menos 120.000 millones de yuanes (19.300 millones de dólares) en acciones para estabilizar al mercado.
Al mismo tiempo, dijeron que no venderán sus carteras mientras el índice esté por debajo de los 4.500 puntos, un punto al que se llegó por última vez el 25 de junio. El índice compuesto de Shanghai ha perdido 22% desde entonces.
El efecto combinado de las políticas busca señalar al "ejército" de inversores minoristas de China, que realizan cerca de 85% de las transacciones de acciones, que el Gobierno está ahora detrás del mercado bursátil, pero no está claro si eso será suficiente para poner un piso bajo el mercado y dar pie a una racha financiera sostenible.
