BEIJING.- El reconocido monje tibetano Tenzin Delek Rinpoche murió este domingo en una cárcel china donde cumplía presidio perpetuo, después de que supuestamente se le negara el tratamiento para la enfermedad cardíaca que padecía.
Según confirmaron fuentes tibetanas a Radio Free Asia (RFA), Tenzin, de 65 años y encarcelado desde 2002, falleció días después de saberse que estaba en malas condiciones de salud.
"La policía china informó a su familia que (el monje) estaba muy enfermo y, cuando trataron de ir a visitarle, les dijeron que ya había muerto", precisó otra fuente en el Tíbet a RFA, con sede en Estados Unidos.
Dos familiares del monje esperaron en Chengdu, la capital de Sichuan, para verlo en la cárcel pero no consiguieron el permiso tras más de una semana de espera, explicó la fuente.
Tenzin Delek Rinpoche, un monje muy respetado entre los tibetanos, fue condenado a muerte por su supuesta implicación en un atentado con bomba en abril de 2002 en una plaza de Chengdu, junto a su asistente, Lobsang Dondrub.
La pena capital de Tenzin, a quien varias ONG consideraban un "preso político", fue conmutada posteriormente por cadena perpetua, si bien Lobsang fue ejecutado casi de manera inmediata, lo que provocó las denuncias y rechazo de organizaciones de derechos humanos que criticaron las irregularidades del proceso.
Dos años después del juicio, Human Rights Watch (HRW) concluyó en un informe que el proceso contra Tenzin fue "defectuoso" y que el monje fue acusado con el objetivo de "reprimir sus esfuerzos de promover el budismo tibetano y su trabajo para impulsar la cultura tibetana y las instituciones culturales".
Según el informe de HRW centrado en su caso, "las autoridades le veían como una amenaza" y comenzaron a sancionarle para "contener sus actividades sociales y culturales" por la influencia que tenía en la región.
Organizaciones en defensa de los derechos de los tibetanos manifestaron su pésame y lamentaron "los numerosos años que Tenzin ha pasado de manera injusta en prisión", indicó hoy Campaña Internacional por el Tíbet.
Otras ONG recordaron que no se trata de la primera ocasión en que un prisionero fallece en una cárcel china por serle negado el tratamiento médico, después de la muerte en marzo de 2014 de Cao Shunli, activista a la que también le negaron el acceso a medicinas a pesar de su grave estado de salud, según denunciaron entonces amigos y allegados.
