SANTIAGO.- Fue una de las "estrellas"
del imponente desfile realizado en China para conmemorar 70 años del fin de la Segunda Guerra Mundial en Asia. El misil DF-21D, conocido como "Viento del Este", transportado en vehículos especiales, fue exhibido en la poderosa exhibición de fuerza junto a los últimos avances en drones y otras armas sofisticadas del arsenal de Beijing.
El proyectil, que tiene un alcance calculado de entre 900 y 1.500 km -equivalente este último a la distancia entre Santiago e Iquique- tiene una alegada capacidad antibuque y podría, según especialistas, alcanzar y destruir portaaviones y otras naves de superficie.
Esta capacidad ha llevado a algunos analistas a estimar que la sola presencia del misil amenazaría con "negar el acceso" a la Armada de Estados Unidos en una extensa zona del Mar de la China, mientras crecen las fricciones territoriales entre Beijing, Japón y otros países del área.
Amenaza desde la altura
A diferencia de la mayor parte de los proyectiles de uso en el mar, que siguen la conformación crucero -es decir, vuelan como aviones- o los llamados "saltaolas", que viajan a pocos metros sobre la superficie del mar para evitar ser detectados por los radares, el "Viento del Este" es un misil balístico: tras despegar se eleva hasta fuera de la atmósfera y luego regresa desde la altura para hacer impacto.
Versiones en publicaciones militares señalan que la cabeza del cohete portaría un vehículo de reentrada hipersónico capaz de efectuar maniobras complicadas, con lo que consigue evitar las contramedidas de los buques y eleva su posibilidad de impactarlos (ver infografía).
No obstante, expertos militares expresan dudas sobre la capacidad real de estos misiles para constituir una amenaza seria contra los portaaviones nucleares que forman el núcleo de las flotas estadounidenses.
"Una de las capacidades más importantes que ha desarrollado la Marina estadounidense en los últimos años es la defensa antimisil", plantea el especialista en Defensa chileno Eduardo Santos.
Así, buques escolta como los destructores clase Arleigh Burke -cuya producción fue reanudada en la década de 2000- cuentan con el sistema Aegis, que emplea poderosos radares planos combinados con computadores para detectar y apuntar hacia múltiples blancos a la vez con misiles como el Standard SM-3 y SM-6.
Este sistema ha sido potenciado en su capacidad antimisil, precisamente "contra proyectiles que descienden desde el espacio", precisa.
Eduardo Santos:
"Los chinos están haciendo justamente algo para lo que los estadounidenses se han estado preparando durante años"
"Es decir, los chinos están haciendo justamente algo para lo que los estadounidenses se han estado preparando durante años", enfatiza el ingeniero. "Así, la posibilidad que misiles como el DF-21D puedan golpear efectivamente un portaaviones en mi opinión, en el papel, es cero".
"Remota" posibilidad de conflicto
Aspectos como el potencial bélico del arsenal de cada país "cae muchas veces en el campo del
bluff y de lo que cada parte dice sobre las capacidades de sus armas", apunta el periodista y especialista en defensa Raúl Sohr.
El experto hace notar, no obstante, el importante adelanto que China ha conseguido en cuanto a sus capacidades satelitales, que en la actualidad son un componente esencial para el empleo de misiles balísticos.
"Los chinos han avanzado enormemente en su capacidad satelital en cuanto a la dirección y precisión que pueden dar a sus misiles", describe.
Más allá de la competencia "virtual" entre las capacidades de los sistemas de armas de EE.UU. y China, Sohr enfatiza que la posibilidad real de un conflicto entre ambas potencias es "remota".
"Todos los involucrados tienen interés directo en convivir amistosamente. Las inversiones de Japón en China son extraordinarias, Beijing es el principal comprador de la deuda estadounidense y EE.UU. es uno de los principales compradores de productos chinos", indica.
"Van a seguir existiendo fricciones e incidentes, pero permanecerán acotados", pronostica. "La única razón por la que China ha declarado públicamente que está dispuesta a ir a una guerra es que Taiwán se declare independiente".