BAGDAD.- La venta de chalecos salvavidas se ha disparado en Bagdad, debido a la creciente demanda de iraquíes que están determinados a viajar a Europa, a menudo mediante peligrosas travesías marítimas, según constatan comerciantes de la capital de Irak.
"La demanda de salvavidas se ha disparado", afirma Jawad Tawfik, propietario de un comercio que vende desde hace 30 años artículos deportivos.
"Quiero emigrar a cualquier lugar del mundo que sea mejor que este país. Grecia, Alemania... ¡cualquier país!", explica Ali, uno de los compradores.
"Lo importante es dejar Irak, porque aquí no hay vida, ni seguridad, ni empleo" añade.
Ali, como otros jóvenes, siempre ha conocido un Irak agitado y turbulento. Nació en el momento de la invasión de Kuwait por Sadam Hussein en 1990, creció con la guerra y las sanciones internacionales, luego con la intervención de Estados Unidos en 2003 y, finalmente, con la amenazante y creciente presencia en el país del grupo Estado Islámico (EI).
Para viajar a Europa, el chaleco salvavidas es esencial ya que los pasadores no siempre tienen suficientes a bordo de las embarcaciones, generalmente precarias, en las que viajan los migrantes. Miles de ellos han perecido ahogados, al no saber nadar.
Además, su precio es menor en Irak que en Turquía, desde donde suele iniciarse la peligrosa travesía hacia Grecia, país de la Unión Europea y puerta para llegar luego a Europa occidental o del norte.
La mayoría de los comercios de artículos deportivos se hallan en la calle Rachid de Bagdad.
Ahí, Amer, que trabaja en una de esas tiendas, explica a los clientes que los chalecos salvavidas que vende están concebidos para las piscinas o los ríos, pero no para el mar.
Esta advertencia disuade a algunos, pero no a todos, en especial a los jóvenes, que constituyen la mayor parte de la clientela.
Antes de viajar, aprender a nadar
Para incrementar sus posibilidades de supervivencia en el mar, los candidatos al viaje se inscriben en cursos de natación.
"La natación te ayuda en las guerras, en los viajes... Te ayuda en todas partes", asegura Ali Mahdi Alwan, un instructor de 52 años, antiguo miembro del equipo de natación del ejército iraquí.
Quince personas han seguido estos cursos antes de abandonar Irak, afirma Alwan, al borde del Tigris, el río que atraviesa Bagdad. "Éste es el segundo grupo que entreno" afirma señalando a un grupo de jóvenes que se entrenan a la braza o al crawl.
En total más de 9.000 iraquíes han conseguido llegar a Grecia entre enero y agosto, el quinto mayor grupo por nacionalidades, según la Organización internacional para las migraciones (OIM).
Los yihadistas del EI han condenado recientemente el flujo de migrantes hacia Europa ya que infringe uno de los principios fundadores de su autoproclamado califato, a caballo entre Siria e Irak: la hijra, es decir la emigración hacia un país musulmán.