Barack Obama denunció en términos particularmente fuertes las limitaciones a las libertades individuales en China.
EFE
WASHINGTON.- Los mandatarios de Estados Unidos y China, Barack Obama y Xi Jinping, acordaron avanzar juntos en acciones sobre el cambio climático, aunque no pudieron esconder divergencias durante el encuentro.
Para esta primera visita de un jefe de Estado chino a la Casa Blanca, la presidencia eliminó del programa la ceremonia de recepción, y en la conferencia de prensa conjunta el tono fue siempre firme y la tensión palpable.
El Mandatario de EE.UU., criticado por el opositor partido Republicano por su evidente prudencia en relación a Beijing, denunció en términos particularmente fuertes las limitaciones a las libertades individuales en China.
"He expresado de forma franca nuestra profunda convicción de que impedir a periodistas, abogados, entidades no gubernamentales y la sociedad civil trabajar libremente (...) es problemático", señaló Obama.
En los últimos días, la Casa Blanca había expresado inquietud por un proyecto de ley en preparación en Beijing que limitaría el campo de acción de entidades no gubernamentales extranjeras y "reduciría aún más el espacio de la sociedad civil".
El mismo tono dominó las menciones a la situación en el mar de China Meridional, teatro de tensiones entre vecinos asiáticos.
Obama manifestó su preocupación por las operaciones de rellenado de arrecifes y la "militarización de zonas en disputa que tornan más difícil la solución pacífica".
Por su parte, el Presidente de China reafirmó el derecho de Beijing de mantener su "soberanía territorial" sobre islas que "son territorio chino desde tiempos inmemoriales".
Sin embargo, ambos mencionaron avances en un acuerdo para que los dos gobiernos se abstengan en sostener "con conocimiento de causa" la piratería cibernética y el robo de propiedad intelectual, en especial secretos comerciales.
Las consecuencias directas que tendrá ese compromiso por el momento no han sido explicadas.