EL CAIRO/RIAD.- Al menos 15 soldados de la coalición árabe y milicianos progubernamentales yemeníes, murieron este martes en los ataques con misiles lanzados contra la sede provisional del Gobierno yemení y dos cuarteles militares en la provincia meridional de Adén.
Los atentados, en los que el primer ministro yemení, Jaled Bahah, y los miembros de su gabinete resultaron ilesos, también causaron un número indeterminado de heridos.
Entre las víctimas mortales en las filas de la coalición figuran tres uniformados emiratíes y uno saudí.
Arabia Saudita lidera la alianza que desde marzo pasado bombardea a los rebeldes hutíes y que está integrada, entre otros países, por Emiratos Árabes Unidos.
Tanto la agencia emiratí como el vocero del Gobierno yemení, Rayeh Badi, acusaron de los ataques a los hutíes y a las milicias aliadas del expresidente Ali Abadalá Saleh, pero este bando no se ha pronunciado hasta el momento.
Los misiles impactaron de madrugada en el hotel Al Qasr, sede del Ejecutivo, así como enun cuartel de las fuerzas emiratíes en la zona de Al Briqa, a pocos kilómetros del citado hotel, y una base militar de milicias progubernamentales y fuerzas de la coalición árabe, en la región de Al Shaab.
El vicepresidente y primer ministro se aloja en el hotel Al Qasr de Adén desde que regresó de su exilio en Arabia Saudí el 16 de septiembre junto con varios miembros del Gobierno, semanas después de la liberación de la ciudad, que se encontraba en manos de los rebeldes hutíes.
A principios de septiembre, un ataque de los hutíes contra una base de las tropas de la coalición árabe causó la muerte a al menos 60 soldados: 45 emiratíes, diez saudíes y cinco bareiníes.
Los insurgentes, que controlan el norte del país, incluida la capital Saná, se levantaron en armas el pasado septiembre tras acusar al presidente, Abdo Rabu Mansur Hadi, y su Ejecutivo de entorpecer la aplicación del acuerdo de reconciliación alcanzado por distintas fuerzas yemeníes.
Un año después de la invasión de los rebeldes hutíes de Saná, el caos sigue reinando en un país arrasado por combates y bombardeos protagonizados por partidarios y detractores de Hadi, que cuenta con el respaldo de la coalición liderada por Arabia Saudí.