BARCELONA.- Tal y como se esperaba, Artur Mas no logró ser investido presidente del gobierno de Cataluña, al no obtener los apoyos suficientes en el Parlamento regional.
Todos los partidos excepto el suyo se opusieron a la investidura del jefe del Ejecutivo en funciones en esta primera votación, que tuvo lugar un día después de que la Cámara catalana aprobara el inicio del proceso hacia la independencia de la región, desafiando al Estado español.
También votó en contra la CUP, el partido anticapitalista que apoya el proceso secesionista junto a la coalición que abandera Mas, Junts pel Sí. Juntos alcanzan la mayoría absoluta de escaños que el jefe del Ejecutivo en funciones necesita para gobernar.
El partido de izquierdas ya había advertido que no apoyaría a Mas, a quien no ve con buenos ojos por los recortes perpetrados por su gobierno y por los casos de corrupción que golpean a su partido, Convergencia Democrática.
También el resto de fuerzas políticas -el Partido Popular (PP) de Mariano Rajoy, el Partido Socialista (PSOE), el emergente Ciudadanos y el afín a Podemos Catalunya Sí que es Pot- fueron muy críticos con Mas por los presuntos casos de corrupción en su formación y por pactar la ruptura de Cataluña y España con la CUP.
Mas negó las críticas y garantizó hoy al partido anticapitalista que si consigue revalidar el cargo, su mandato no será "personalista", como el partido de izquierdas le espetó hoy durante el debate de investidura.
"El presidente de un país es una pieza más, lo sé perfectamente", dijo el presidente del gobierno catalán en funciones.
Mas tendrá una segunda oportunidad para ser investido el jueves, en una votación en la que le servirá una mayoría simple. Pero para ello tendrá que conseguir que dos de los diez diputados de la CUP voten a su favor y el resto se abstenga, algo que parece difícil.
En caso de que la votación también sea infructuosa, se abrirá un periodo de dos meses en los que la presidenta del Parlamento catalán podrá proponer un nuevo candidato. Para ello suena el nombre de Ral Romeva, independiente que encabezó la lista de Junts pel Sí en los comicios del pasado 27 de septiembre y a quien la CUP se refirió hoy.
Si el 10 de enero no hay presidente del gobierno en Cataluña, se convocarían de nuevo a elecciones en la región.
Mas podría quedar fuera del proceso que ha impulsado en los últimos cuatro años, lanzando el mayor desafío político al Estado español de las últimas décadas.