WASHINGTON.- Las pistolas triunfaron en las rebajas de Estados Unidos del "Black Friday" celebrado el pasado viernes, cuando el Buró Federal de Investigaciones (FBI) efectuó una cifra récord de revisión de antecedentes penales, indicó a Efe un portavoz de la agencia federal.
El FBI comprobó en 185.345 ocasiones los antecedentes penales de posibles compradores, que aprovecharon el descenso de precios del "Black Friday" para comprar armas de fuego en vez de juguetes y regalos navideños, como es tradición en este día donde se dispara la fiebre del consumo en EE.UU.
De esta forma, la verificación de antecedentes penales -condición indispensable para comprar armas en algunos estados del país- aumentó un 5% con respecto al "Black Friday" del año anterior, cuando el FBI efectuó 175.754 revisiones a compradores de pistolas.
Las cifras registradas este año superan el récord registrado en 2012, cuando se revisaron los historiales criminales de 177.170 personas, indicó el portavoz del FBI Stephen Fischer.
Con el objetivo de evitar tiroteos masivos, congresistas y grupos contra la violencia armada reclaman reforzar el sistema de verificación de antecedentes para impedir que las armas lleguen a criminales o a personas con problemas de salud mental.
Hoy un tiroteo contra un centro de ayuda a discapacitados en San Bernardino (California) se cobró la vida de 14 personas y dejó 14 personas heridas, aunque las autoridades de la localidad ha advertido de que las cifras son preliminares.
Este tiroteo en California es el último episodio de la violencia armada que estremece a Estados Unidos y contra la que el presidente Barack Obama trató de luchar tras la matanza de 2012 en la escuela Sandy Hook de Newtown (Connecticut), donde fueron asesinados a tiros 20 niños y 6 mujeres.
Tras la matanza de Newtown, Obama firmó 23 decretos presidenciales y, en el Congreso, se produjo un fiero debate para incrementar el control de armas.
No obstante, los legisladores ni siquiera lograron aprobar la medida que generaba más consenso: un sistema de verificación de antecedentes para impedir que las armas llegaran a los criminales o a las personas con problemas de salud mental.
En el país de la máxima libertad individual, ejemplificada con el derecho constitucional a portar armas, el horror de las masacres no parece hacer mella en los defensores de rifles y pistolas.
De hecho, según datos de la consultora Gallup, el número de estadounidenses que apuesta por mayores controles en la compra y posesión de armas ha descendido dramáticamente en los últimos 24 años, pasando del 79 % en 1990 al 47 % en 2014.