SANTIAGO.- Tras las elecciones legislativas celebradas este domingo en Venezuela, la victoriosa oposición será, por primera vez en 17 años, la coalición que controlará la nueva Asamblea Nacional.
Cuando sólo faltan 4% de las actas por escrutar, los diputados de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) se adjudicaron 99 de los 167 puestos disponibles en el parlamento venezolano. El chavismo y su Partido Socialista Unido de Venezuela sólo obtuvieron 46.
Con dicha cifra, los opositores logran alcanzan la mayoría simple en la Asamblea, lo que les otorgará la facultad y facilidad para promulgar leyes y decidir sobre nombramientos de autoridades.
Esta victoria les basta para lograr uno de sus primeros objetivos: crear una legislación de amnistía con la cual liberar a los cerca de 75 "presos políticos", en especial a su dirigente Leopoldo López, quien fue condenado a casi 14 años de cárcel por incitación a la violencia durante las protestas de 2014, que terminaron con la muerte de 43 personas.
Con este escenario, la MUD también podrá designar la junta directiva de la Cámara que tomará el poder el próximo 5 de enero y de la cual nunca ha formado parte.
No obstante, aún sus poderes parecerán limitados frente a las facultades de las que goza el Presidente venezolano, Nicolás Maduro. Esto porque, desde 1999, gran parte de las reformas para convertir a Venezuela en un Estado socialista se han producido a través de leyes habilitantes que dan mayores atribuciones al Ejecutivo.
Lo que queda por alcanzar
Sin embargo, aún quedan 22 escaños por asignar, lo que le da la posibilidad a la oposición, liderada por el ex candidato presidencial Henrique Capriles y la esposa de López, Lilian Tintori, de adquirir más control sobre el parlamento.
Si logran obtener sólo dos escaños más, es decir, 101 cargos, los opositores adquirirán las facultades para emitir votos de censura contra el vicepresidente y ministros de Estado, aprobar enmiendas constitucionales y sancionar las leyes habilitantes que dan poderes legislativos al Presidente. Además, podrán designar y remover a los integrantes del Consejo Nacional Electoral.
Pero si la MUD logra posicionar un total de 112 de sus diputados en la Asamblea Nacional, entonces tendrá dos tercios del parlamento y el control total del Poder Legislativo.
Con ello podría reformar la Constitución venezolana, sancionar leyes orgánicas y fundamentales, convocar a una Asamblea constituyente y designar o remover al fiscal general y a los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ).
Con la mayoría absoluta en sus manos, el poder de los opositores sería tal, que los más radicales podrían iniciar un referendo revocatorio en búsqueda de acortar el mandato del Presidente Maduro, el que tiene fecha de término en 2019.
Aún así, analistas han advertido que tras la victoria opositora, los cambios deberán ser paulatinos, donde se logren acuerdos de convivencia entre ambos sectores.
De lo contrario, según vaticinan, se producirían una serie de conflictos de poder entre el parlamento y el Ejecutivo que someterían a Venezuela en un clima de tensión y violencia aún más profunda que la actual.