ESTRASBURGO.- La Comisión Europea presentó este martes su proyecto de crear una guardia fronteriza y otra costera para retomar el control de las fronteras exteriores en los países desbordados por la llegada masiva de migrantes, con la intención de desplegarlas aunque un país se oponga.
Esta propuesta que afecta a la soberanía de los Estados miembros ya genera críticas y resistencias. La Comisión, que detalló su propuesta ante el Parlamento Europeo, reunido en Estrasburgo, quiere mostrar audacia con esta misiva frente a la crisis migratoria.
El objetivo es evitar que el caos se apodere de las fronteras exteriores y tenga por consecuencia el fin del espacio de libre circulación de Schengen que permite la libre circulación compuesto por 22 países de la UE más Noruega, Suiza, Islandia y Liechtenstein.
Según la Comisión hubo 1,5 millones de entradas ilegales por las fronteras desde enero, de migrantes que continúan su camino sin haber sido registrados.
Esta situación condujo a varios países, como Alemania, Austria o Suecia, a restablecer provisoriamente los controles en las fronteras interiores, evidenciando la pérdida de confianza en los países situados en la periferia del bloque.
Un proyecto audaz
Las propuestas de la Comisión "aumentarán la seguridad de nuestros ciudadanos", prometió este martes en Estrasburgo el comisario europeo de Migración, Dimitris Avramopoulos.
Este cuerpo de guardias fronterizos podría tener entre unos 1.000 a 2.000 efectivos para 2020. "Los Estados miembros deberán poner a disposición al menos 1.500 guardias fronterizos" para desplegar en unos días, indicó un documento de la Comisión.
"En situaciones de emergencia" el nuevo cuerpo "debe poder intervenir para velar por la implementación en el terreno de las medidas necesarias, incluso allí donde no hay pedidos de ayuda del Estado miembro".
El "derecho a intervenir" sólo se llevaría a cabo al término de un proceso gradual, pero la Comisión tendría al final del proceso el poder de "tomar las medidas operacionales apropiadas", según esta propuesta.
Un comité de expertos comisionados por los Estados miembros deberán dar su aval a la decisión de la Comisión por mayoría calificada.
"Se trata de una medida de seguridad, y como todas las medidas de seguridad esperamos que jamás tenga que ser utilizada", dijo el vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans, ante el pleno.
El proyecto será estudiado por el Parlamento y el Consejo Europeo. A pesar del apoyo de París y de Berlín, varios países, en particular los periféricos, se oponen a esta iniciativa.