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Santiago: Sábado 23 de noviembre del 2024 | Actualizado 17:03
SIDNEY.-.- El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) pidió hoy al Gobierno australiano que no traslade a cerca de un centenar de niños y bebés solicitantes de asilo de regreso a los centros para inmigrantes que tiene en el Pacífico Sur.
Un grupo de unos 267 inmigrantes, incluidos decenas de niños y bebés, están pendientes de ser trasladados desde suelo australiano, donde han recibido tratamiento médico, de vuelta a los centros de detención en Nauru y la isla papuana de Manus donde se encontraban recluidos.
Entre ellos se encuentra un niño de cinco años que supuestamente fue violado en Nauru y podría ser devuelto al lugar donde sigue su agresor.
En un comunicado, Unicef pidió a las autoridades australianas que consideren "de forma urgente, los intereses de cada uno de los 37 bebés y 54 niños que están en riesgo de ser devueltos a un ambiente que les puede causar mayor daño".
Si bien el Gobierno australiano ha expresado que considerará los casos de forma individual, Unicef enfatizó que el período de recuperación de los niños puede durar toda una vida y si un menor ya muestra señales de progreso se le hace más daño devolviéndolos al ambiente que los traumatizó.
"La situación actual indica que el procesamiento (de inmigrantes) en terceros países y el régimen de detención es un sistema que causa crisis en los niños y sus familias", subrayó Unicef, al insistir que la protección de las fronteras no debe socavar los derechos humanos de los niños más vulnerables.
La petición de Unicef se da después de que el Tribunal Superior de Australia rechazara el pasado miércoles la demanda de una mujer bangladesí, que forma parte del grupo de 267 inmigrantes, contra su traslado y el de su bebé al centro de detención de solicitantes de asilo en Nauru.
La sentencia implica la luz verde a la deportación de todos los inmigrantes de asilo que fueron trasladados desde Nauru y Manus a Australia por razones médicas.
El Gobierno australiano recuperó en 2012 la política de enviar a los inmigrantes que intercepta antes de llegar a sus costas a terceros países para procesar sus peticiones de asilo.
Activistas y la ONU han denunciado la detención de inmigrantes en terceros países y las condiciones en estos centros, donde ha habido motines, muertes violentas y violaciones sexuales.
Muchos de los inmigrantes han huido de conflictos como los de Afganistán, Darfur, Pakistán, Somalia y Siria, de la discriminación o de la condición de apátridas como las minorías rohinyá, de Birmania (Myanmar), o bidún, de la región del Golfo Pérsico.
