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La muerte del juez del Tribunal Supremo que inclinará la balanza de poder en Estados Unidos

El fallecimiento de Antonin Scalia este sábado abrió una nueva batalla política entre republicanos y demócratas para definir quién será su reemplazante en el órgano responsable de los fallos más importantes del país.

15 de Febrero de 2016 | 10:31 | Por Valentina Salvo U., Emol
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AP (archivo)
SANTIAGO.- Con 29 años en el Tribunal Supremo, se convirtió en el juez que más tiempo ejerció como tal en la Historia de Estados Unidos. El conservador Antonin Scalia murió este sábado y con ello dejó abierta una nueva batalla política por ocupar su espacio en uno de las instituciones más importantes del país.

La muerte de un juez del máximo ente judicial de EE.UU. siempre implica un terremoto político. El cargo posee calidad de vitalicio y el organismo, como uno de los tres pilares fundamentales del país además del Congreso y el Ejecutivo, tiene gran poder en las decisiones que han marcado la sociedad norteamericana.

El Supremo legalizó el aborto, consagró el matrimonio homosexual y suspendió el recuento de votos en el estado de Florida en el año 2000, lo que terminó favoreciendo al ex Presidente George W. Bush.

Disputa política


Sin embargo, el fallecimiento de Scalia va aún más allá. Según el New York Times, es considerado uno de los jueces más influyentes de las últimas dos décadas y a sus 79 años, era uno de los miembros más conservadores del Tribunal.

Nombrado por el Presidente republicano Ronald Reagan en 1986, era católico y una de las figuras más connotadas de la doctrina "originalista", que establece que la Constitución debe ser interpretada en su forma más literal. Defendió el derecho a las armas de fuego y a la pena de muerte y se opuso férreamente al matrimonio de personas del mismo sexo.

Pero por sobre todo, su presencia en el Tribunal inclinaba la balanza hacia los republicanos. Los jueces del Supremo suman nueve. Hoy, tras su fallecimiento, quedan cuatro progresistas, tres conservadores y Anthony Kennedy, cuyo voto es más afín a los republicanos, pero fluctúa entre ambos bandos.

Así, la batalla por ocupar el cupo de Scalia se ha vuelto el centro político y la principal disputa entre republicanos y demócratas, en medio de temas pendientes, como la reforma migratoria.

El Presidente Barack Obama, quien vive su último año como líder del país norteamericano, ya anunció que propondrá un nombre para su reemplazo, el cual se prevé sea uno mucho más progresista que Scalia.

El Mandatario ya ha nombrado a dos jueces liberales para la Corte Suprema, y la nueva designación lo convertiría en el líder más influyente para el Poder Judicial desde Reagan. "Tengo previsto cumplir mis responsabilidades constitucionales y nominar a un sucesor", dijo el Presidente. Sin embargo, su principal dificultad será convencer al Senado para que ratifique su nombramiento.

El órgano legislativo es actualmente dominado por el Partido Republicano, cuyos miembros no están en nada de acuerdo con dichos planes. Así lo dejó claro pocas horas después de conocerse la muerte de Scalia, el líder de la mayoría republicana, Mitch McConnell. "El pueblo americano debería tener voz en la sección del próximo juez del Tribunal Supremo. Por tanto, la vacante no debería llenarse hasta que tengamos un nuevo Presidente", afirmó.

El argumento es que Obama es un Mandatario en retirada y debería ser su sucesor, escogido el próximo 8 de noviembre, quién decida. Sin embargo, ello implica que el Tribunal Supremo quedará sin un integrante hasta el 20 de enero de 2017 como mínimo, cuando asuma el nuevo jefe de Estado.

De ser así, la batalla por el cupo de Scalia correría en conjunto con los candidatos a la carrera presidencial y el ganador, no sólo se quedará con el sillón de la Casa Blanca, si no que tendrá la posibilidad de decidir sobre el órgano judicial más importante de Estados Unidos.
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