Kohn Pedersen Fox Associates (KPF)
TOKIO.- En 30 años, la ciudad de Tokio podría ser testigo de un momento clave para la historia de la arquitectura mundial: la inauguración del Sky Mile Tower, un edificio de unos 1.700 metros de altura que se convertiría en el rascacielos más alto del planeta.
El diseño de este rascacielos residencial, obra de las conocidas firmas Kohn Pedersen Fox Associates (KPF) y Lesile E.Roberson Associates (LERA), forma parte de un proyecto mayor llamado Next Tokio.
Esta iniciativa lanzada por las autoridades niponas busca crear una megaciudad sostenible que se adapate al cambio climático y sea resistente a desastres naturales como terremotos o tsunamis para 2045.
Tokio, como otras ciudades costeras con una baja elevación, se enfrenta a factores como el del aumento del nivel del mar o a un mayor riesgo de padecer tifones. Por eso, está diseñando este nuevo distrito residencial "megafuturista adaptado al cambio climático", que se construiría sobre un archipiélago artificial en la bahía de Tokio y podría dar cobijo a medio millón de personas.
Edificio futurista
Para hacer frente a las inundaciones, el estudio plantea la construcción de varios anillos en forma de hexágono posicionados de tal manera que rompan el fuerte oleaje, unas obras que además podrían servir bien para almacenar agua dulce o bien para albergar parcelas de agricultura urbana.
Si finalmente se aprueba el proyecto, en el corazón de este complejo se elevaría la gigantesca torre, que podría acoger a un total de 55 mil personas y contaría en su interior con servicios tales como centros comerciales, tiendas, hoteles, restaurantes y clínicas. Además, según comentaron los arquitectos a la revista Arquitectural Digest, sería un centro de transporte público de alta velocidad.
El rascacielos pasaría a ser el mayor edificio del mundo, y doblaría en altura al más alto que existe en la actualidad, el Burj Khalifa de Dubai.
Con esa altura, uno de los retos que se plantean es el de cómo hacer frente al viento. Según su informe, el diseño hexagonal de la construcción fue concebido después de una serie de pruebas de viento que demostraron que esa forma era la más resistente.
Otro de los desafíos es el de la distribución del agua, ya que, como dice el informe, "bombear el agua directamente desde el suelo sería muy costoso y llevaría mucho tiempo".
Para solucionarlo, la fachada está diseñada de tal manera que en diferentes alturas puede recoger, tratar y almacenar agua para más tarde distribuirla por los diferentes pisos.