BRUSELAS.- Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE se reúnen hoy con el Primer Ministro turco, Ahmet Davutoglu, con la intención de arrancarle un compromiso de repatriación de inmigrantes que no sean sirios y que no tengan derecho a asilo.
El objetivo encaja con el último enfoque adoptado por la UE para atajar la crisis migratoria -convencer a las personas sin derecho a asilo de que no emprendan el viaje-, y viene a completar los compromisos que ya asumieron Ankara y Bruselas el año pasado para reducir las llegadas irregulares a cambio de 3.000 millones de euros (unos 3.300 millones de dólares), que en su gran mayoría no han llegado a materializarse.
Según el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, el Gobierno de Ankara está dispuesto a aceptar la devolución de todos los inmigrantes interceptados en aguas turcas.
Lo que quieren los Veintiocho es un compromiso de repatriación de Ankara que excluye en principio solo a los sirios (y no a eritreos o afganos), en la línea del acuerdo bilateral que ya mantiene con Grecia.
Turquía ya está dando pasos en este sentido y ha aceptado las primeras devoluciones desde Grecia.
Ankara también ha mostrado su apoyo al despliegue de la misión de la OTAN en el mar Egeo en apoyo de la agencia de fronteras exteriores de Frontex.
Los incipientes esfuerzos turcos han venido acompañados de gestos europeos.
La Comisión Europea ha anunciado la puesta en marcha de los dos primeros proyectos, dotados con 95 millones de euros (103 millones de dólares), para potenciar la educación y permitir la alimentación de los más de dos millones de refugiados que acoge Turquía.
Además, ha publicado un informe en el que atestigua los avances turcos en el cumplimiento de los requisitos necesarios para liberalizar visados con la UE.
Tras el almuerzo de trabajo con Davutoglu, los Veintiocho mantendrán un encuentro informal en el que intentarán acordar un plan europeo para resolver la crisis en la ruta de los Balcanes occidentales tras las marcadas tensiones surgidas tras la adopción de medidas unilaterales por parte de países como Austria.
"Necesitamos regresar a Schengen", recalcó Tusk en la misiva de invitación a los líderes, en la que pidió de nuevo a los socios que apliquen las reglas y acaben con la política del "dejar pasar" a refugiados e inmigrantes hacia otros Estados miembros.