NUEVA YORK.- El cantante de la banda Eagles of Death Metal, cuyo concierto se convirtió en un baño de sangre en París en noviembre pasado, sugirió que el atentado que causó la muerte de decenas de personas en una sala de espectáculos, fue un trabajo interno y dijo que sospecha de los guardias de seguridad del establecimiento.
Jesse Hughes, cantante y guitarrista del grupo, dijo que se sintió muy incómodo cuando, en los preparativos para el concierto del 13 de noviembre, el guardia a cargo de proteger el área tras bastidores del club Bataclan no hizo contacto visual.
"Él no me gustó para nada. Inmediatamente fui donde el promotor y le dije '¿quién es ese tipo? Quiero a otra persona en ese puesto'", dijo Hughes en una entrevista difundida en la noche del miércoles por Fox Business.
"Y me dijo 'bueno, algunos de los demás guardias no han llegado'. Y luego me enteré de que unos seis de ellos no vinieron (al concierto) en absoluto", señaló Hughes.
"Con todo mi respeto por la policía que está investigando, no hago una declaración definitiva. Pero diré que me parece bastante obvio que ellos tenían razones para no venir", añadió.
Cuando los roqueros californianos estaban tocando, unos atacantes abrieron fuego y lanzaron granadas. Murieron 90 personas. Fue el más mortífero de una serie de ataques coordinados en París, reivindicados por el grupo Estado Islámico y que dejaron un total de 130 muertos y 350 heridos, muchos de gravedad.
Hughes dijo que uno de los atacantes permitió que tres espectadores abandonaran el lugar, lo que para él es una prueba de que los culpables conocían previamente el Bataclan, una histórica sala de conciertos de rock en París.
El roquero ya había hecho comentarios similares en una entrevista a Vanity Fair en la que declaró que lamentaba no haber seguido su instinto cuando el técnico de sonido vio a dos personas dentro del club antes del espectáculo con una vestimenta y una actitud notoriamente alejadas de la típica audiencia roquera.
