BERLÍN.- La formación de derecha populista alemana AfD avanzó de manera notable en las tres consultas regionales que tuvieron lugar este domingo, cosechando entre 11% y 23% de los votos, en tanto la CDU de la canciller Angela Merkel fue derrotada en dos de éstas, según las primeras proyecciones.
De esta manera, los populistas lograron entrar en los tres parlamentos regionales involucrados en esta consulta.
Los conservadores de Merkel fueron derrotados en particular en su feudo histórico de Baden-Wurtemberg (oeste) donde obtendrían el 27,5% de los sufragios y son superados por los Verdes (32,55%), tras una campaña dominada por la inquietud de los alemanes a causa de la llegada masiva de refugiados.
Estos datos son proyecciones difundidas por las televisiones públicas alemanas sobre la base de resultados parciales.
En Sajonia-Anhalt, una región desfavorecida que integrara la extinta RDA, la AfD (Alternativa para Alemania) se convertiría en la segunda fuerza regional con el 23% de los votos, un escenario inédito en un país en el cual su pasado nazi no permitía el ascenso de la extrema derecha a nivel nacional tras el final de la Segunda Guerra Mundial, en 1945.
La Unión demócrata-cristiana (CDU), que excluye pactar cualquier alianza con la AfD, debería seguir gobernando en esta región, puesto que obtendría en el orden del 29% de los votos.
En Renania-Palatinado, la ambiciosa vicepresidenta de la CDU, Julia Klöckner, que ha puesto distancias con la generosa política migratoria de Merkel, no logró imponerse en esta región, que quedaría en manos de los social-demócratas.
En este Land (estado regional), la CDU obtendría el 32,5% de los sufragios, contra 37,5% para el SPD.
Entre las primeras reacciones dadas a conocer, el copresidente de la AfD, Jörg Meuthen, manifestó su "alegría" por los resultados obtenidos, afirmando que la joven formación antiinmigración "no es racista, ni nunca lo será".
Unos 13 millones de alemanes estaban convocados a las urnas para estas consultas regionales, en tanto el país se encuentra dubitativo después de que Merkel abriera la puerta de Alemania a más de un millón de refugiados en 2015.
