Dilma Rousseff durante la actividad realizada ayer, que podría ser la última de su mandato.
AFP
BRASILIA.- La Presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, se recluyó en su residencia oficial del Palacio de la Alvorada mientras sus ministros analizan el desarrollo del proceso legislativo que hoy mismo puede apartar a la Mandataria de su cargo.
El ministro de la Casa Civil, Jaques Wagner, convocó en el Palacio presidencial de Planalto una reunión ministerial con los otros 30 miembros del gabinete del Gobierno para realizar un balance de la gestión de Rousseff en la que podría ser su recta final.
En la vecina sede del Parlamento, el Senado iniciaba al mismo tiempo la sesión que definirá si Rousseff será sometida a un juicio político que puede poner fin a su mandato y que como primera consecuencia la separaría de su cargo durante 180 días.
La Presidenta no participó del encuentro ministerial y, según su agenda oficial, hoy sólo tiene programado un encuentro con Giles Azevedo, uno de sus principales consejeros políticos.
Esa reunión estaba prevista en el Palacio presidencial de Planalto, que hoy amaneció prácticamente desierto y al que la jefa de Estado no compareció.
Rousseff modificó hoy su rutina diaria, dejó de lado la bicicleta con que acostumbra pasear por las mañanas y salió a caminar por los alrededores del Palacio de la Alvorada con el fin de huir del foco de la prensa, que desde primera hora de la mañana la esperaba detrás de unas vallas de metal colocadas por su equipo de seguridad.
La Presidenta participó la víspera en una ceremonia con mujeres, que, ante la falta de agenda oficial prevista este miércoles, podría haber sido su último acto público antes de ser separada del cargo por el Senado, lo cual diversos sondeos dan como un hecho consumado.
Los alrededores de la Cámara Alta, situada en la acera opuesta al palacio presidencial, fueron cerrados al tráfico y la seguridad fue reforzada ante el temor de nuevas manifestaciones contra el proceso legislativo, el cual ha sido calificado en reiteradas ocasiones de "golpe" por el Gobierno.
En el edificio legislativo los senadores comenzaron un intenso debate previo a la votación, que podría concluir la madrugada del jueves, mientras en los pasillos se aglomeraba un sinfín de periodistas en busca de declaraciones de los senadores.