BANGKOK.- Cientos de personas conmemoraron este jueves en Bangkok el 40 aniversario de la matanza de decenas de estudiantes durante una protesta en la Universidad de Thammasat a manos de policías, paramilitares y grupos ultraconservadores.
La polémica expulsión de Wong, a petición de las autoridades chinas, incrementó la afluencia de interesados a los actos organizados en las universidades de Chulalongkorn y Thammasat, ambas en la capital.
Esta madrugada, varios monjes budistas encabezaron un servicio religioso en Thammasat en memoria de las víctimas, en su mayoría universitarios que protestaban contra el regreso al país del ex dictador Thanom Kittikachorn en septiembre de 1976.
A lo largo de todo el día, el centro universitario donde ocurrió la matanza organizó charlas y conferencias en las que intervinieron académicos y supervivientes.
Thongchai Wichinakul, uno de los líderes estudiantiles durante las protestas, rindió en Thammasat homenaje a las víctimas y criticó el silencio que ha existido en la sociedad tailandesa durante años, así como la impunidad de los que asesinaron a los estudiantes.
"El silencio refleja la impunidad. Esa impunidad que existe en la sociedad tailandesa se considera normal", lamentó Thongchai, actualmente profesor de Historia en la Universidad de Wisconsin, Estados Unidos.
En 1973, Tailandia inició un periodo democrático bajo un Gobierno civil tras las multitudinarias protestas estudiantiles que llevaron al derrocamiento y el exilio de Thanom Kittikachorn.
Sin embargo, mientras el comunismo se extendía en los países vecinos, en Tailandia crecían los movimientos ultramonárquicos y ultraconservadores contra los estudiantes, a los que tachaban de izquierdistas.
Cuando Thanom regresó de su exilio, aunque sólo para ordenarse como monje en un templo, los universitarios organizaron nuevas manifestaciones.
El 6 de octubre de 1976, policías, paramilitares y grupos ultras rodearon de madrugada Thammasat y atacaron a miles de estudiantes con fusiles M16 y granadas, lo que provocó 46 muertos, según las autoridades, o más de cien, de acuerdo con otras fuentes independientes.
Algunos de los estudiantes fueron torturados por miembros de los grupos paramilitares, que también violaron a universitarias antes de matarlas, mientras que cientos fueron heridos y otros miles se unieron a la guerrilla comunista.
Hasta el presente, nadie ha sido investigado, juzgado o condenado por las muertes.