SANTIAGO.- Han pasado casi 147 años de la muerte del general
Robert E. Lee, pero su figura al parecer sigue vigente y ha formado parte del último debate que se ha tomado Estados Unidos, el cual incluso ha tenido consecuencias fatales: la eliminación o no de los símbolos confederados, es decir, aquellos que recuerdan a aquellas personas e instituciones de los estados del sur del país que defendieron la esclavitud durante la Guerra Civil (1861-1865).
Y la imagen de Lee precisamente hizo noticia el sábado pasado, luego de que movimientos supremacistas blancos (entre ellos el Ku Klux Klan) protestaran en contra del derribo de una estatua de quien fuera el líder del Ejército Confederado, ubicada en la ciudad de Charlottesville, en Virginia. Hasta ahí también llegaron contramanifestantes repudiando estos hechos considerados racistas, los cuales fueron atropellados intencionalmente por un vehículo. El saldo: una mujer muerta.
Actualmente, hay
1.503 símbolos relativos a personajes de la Confederación conformada por los estados secesionistas durante la Guerra Civil en los espacios públicos, según la organización Southern Poverty Law Center (SPLC). De ellos,
más de 700 son estatuas y 109 son escuelas públicas que tienen nombres de personajes ícono de esa época. El resto corresponde a otros homenajes como calles, parques o incluso bases militares. Los nombres más homenajeados, además del mencionado Lee, son los de los generales Jonathan Jackson y Stonewall Jackson, además del presidente de la Confederación, Jefferson Davies.
Estos símbolos fueron levantados poco después del fin de la Guerra Civil, en 1865, y tuvieron su auge durante la década de 1910. Se encuentran principalmente en los estados del sur del país, liderados por Virginia, con 223 símbolos. Le siguen Texas (178) y Georgia (174).
La opinión de los que quieren eliminar los símbolos
En Charlottesville, desde el año 2012 que legisladores buscaban derribar la citada estatua del general Lee. Esta lucha se amplió a otras ciudades y tomó fuerza en 2015, luego de que un supremacista blanco identificado como Dylann Roof matara a nueve afroamericanos en una iglesia en Charleston, Carolina del Sur.
La razón es clara: mantener este tipo de homenajes no hace más que exacerbar los mensajes de odio e incrementar la violencia. Así, mientras unos proponen eliminar estos monumentos, otros son de la idea de que hay que retirarlos de los espacios públicos para dejarlos en museos.
Pero tras los hechos ocurridos en Charlottesville, ya son varias las autoridades de diversas ciudades estadounidenses que han decidido retirar los monumentos confederados de sus calles, como es el caso de
Baltimore, en Maryland, donde su alcaldesa ordenó derribar las cuatro estatuas que quedaban . Otro es el caso de
Lexington, en Kentucky, cuyo alcalde, Jim Gray, ha pedido sacar dos monumentos.
"No es correcto seguir honrando a estos hombres confederados que lucharon para preservar la esclavitud en el mismo terreno en el que muchas personas fueron vendidas como esclavos", sostuvo Gray.
En tanto, en lugares como Durham, en Carolina del Norte, fueron los propios habitantes quienes decidieron derribar a la fuerza los símbolos secesionistas.
Lo que dicen los defensores de estos símbolos
Sin embargo, existe un fuerte grupo de personas que desean mantener estos símbolos, y no se trata solamente de supremacistas blancos o grupos neonazis, ya que hay historiadores que aseguran que forman parte de la historia de Estados Unidos, por lo que no hay que dejarlos de lado.
Asimismo, para muchos blancos sureños estos símbolos son emblemas de su orgullo y su herencia. También varios alegan que acabando con estos homenajes se atenta contra la libertad de expresión.
"Tirar esas estatuas es un claro intento de reemplazarnos y borrarnos (a los blancos). Es por corrección política y una agenda radical", dijo Matthew Heimbach, líder de un nuevo grupo de ultraderecha.
Por su parte, quien también ha hecho una férrea defensa de estos monumentos es el Presidente
Donald Trump, quien ha sido duramente cuestionado por su tibia reacción tras los incidentes de Charlottesville, luego que aseguró que la violencia viene "de ambos lados" y no condenó a los grupos racistas sino dos días después. No obstante, a las horas cambió nuevamente de opinión.
Así, el Mandatario ha enfatizado que "es triste ver la historia y la cultura de nuestro gran país siendo destrozadas con la eliminación de nuestras hermosas estatuas y monumentos".
"No puedes cambiar la historia, pero puedes aprender de ella. Robert E Lee, Stonewall Jackson - ¿quién será el siguiente, Washington, Jefferson? ¡Tan tonto!", agregó.
De esta forma, el debate está abierto y está claro que se mantendrá. Una solución, por ahora, se ve lejana.