MOSCÚ.- El
ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, advirtió que la
política de confrontación de Estados Unidos supone una amenaza para la seguridad global y puede llevar a "una situación en la que el precio de un error o un malentendido puede ser fatal".
"Tenemos que constatar que, presa de sus propias ambiciones geopolíticas, Washington y sus aliados no están dispuestos a adaptarse a las realidades globales, que cambian no a favor de ellos", dijo Lavrov en una entrevista con la agencia oficial rusa RIA-Nóvosti.
De ahí, agregó, el afán de EE.UU. de contener estos procesos y su "mayor agresividad en los asuntos exteriores".
"Se atiza la confrontación, se congelan los canales de diálogo", señaló el jefe de la diplomacia rusa, que destacó que sobre todo preocupan los pasos que apuntan a romper los grandes acuerdos de estabilidad estratégica.
Según Lavrov, esta política, "que se apoya en instrumentos de fuerza, inevitablemente, conduce al ulterior desequilibrio de la arquitectura de seguridad global, promueve la carrera armamentista, y puede crearse una situación en la que el precio de un error o un malentendido puede ser fatal".
El ministro reiteró la postura de Moscú de defensa del Tratado de eliminación de misiles de corto y medio alcance (INF, por sus siglas en inglés), que data de 1987 y que Estados Unidos amenazó con abandonar a comienzos de febrero próximo.
Ambas partes se acusan mutuamente de violar este acuerdo firmado por el estadounidense Ronald Reagan y el líder soviético Mijail Gorbachov, y que inauguró la era del desarme nuclear.
"Nos vemos obligados a advertir de que no podemos ni vamos a ignorar la aparición de nuevos misiles estadounidenses que nos amenacen a nosotros y a nuestro aliados", subrayó.
Lavrov indicó que Rusia cuenta "con los medios necesarios para garantizar su propia seguridad" y es capaz de "fortalecer aún más su potencial defensivo".
"Sin embargo, Rusia, como todo país sensato, no está interesada en entrar en una carrera armamentista con nuevas 'crisis de misiles'", agregó, para constatar que Moscú está abierta a buscar vías para salvar el INF si en EE.UU. quedan fuerzas dispuestas a ello.