MANILA.- La Policía filipina abatió a
Adman Asilon, miembro del grupo terrorista Abu Sayyaf, en Zamboanga, sur de Filipinas, e investigan su
posible vinculación con los autores del atentado en la catedral de Joló del domingo.
Asilon, de 35 años, murió anoche en un tiroteo con agentes de policía cerca de su casa, donde se encontraron explosivos, una granada de mano, un fusible y un litro de un producto químico por analizar, según publican hoy medios locales.
Según la Policía,
Asilon era un conocido miembro de la facción urbana en Zamboanga de Abu Sayyaf -afín al Estado Islámico (EI)-, grupo que las autoridades consideran responsable del atentado el pasado domingo en la provincia de Sulu, en la zona del sur de Filipinas de mayoría musulmana.
Dos bombas estallaron con 15 segundos de diferencia en la catedral de Joló, capital de Sulu, ataque en el que murieron 22 personas y un centenar resultaron heridas, conforme al último recuento de víctimas.
La policía está verificando la posible implicación de Asilon con la milicia Ajang-Ajang, la facción de Abu Sayyaf en Sulu que cometió el atentado, que reivindicó el Estado Islámico.
"Es muy pronto para afirmar nada. Zamboanga y Joló están lejos. Pero vamos a investigar todas las hipótesis", señaló a CNN Philippines el portavoz de la Policía Nacional, Bernard Banac.
Las autoridades filipinas difundieron ayer algunas imágenes de las cámaras de seguridad en los alrededores de la catedral en el momento de las explosiones, en las que se ve a uno de los sospechosos segundos antes de la primera explosión usando un móvil con el que se cree que detonó la bomba.
Se trata de alias "Kamah", hermano de un líder de Abu Sayyaf en Sulu caído en combate y experto en bombas, al que se ve en las imágenes huyendo del lugar de los hechos justo después de las explosiones junto con otros dos supuestos miembros del grupo.
El suceso tiene lugar días después del referéndum para la creación de Bangsamoro, una región autónoma musulmana en el sur del país, y concebida como solución pacífica a décadas de conflicto separatista con el Frente Moro de Liberación Islámica (FMLI).
A pesar de alcanzar en 2014 un acuerdo de paz con el mayor grupo rebelde musulmán del país, en el sur de Filipinas persisten milicias yihadistas radicales, leales al EI, capaces de cometer sangrientos atentados y que son la mayor amenaza a la seguridad en la zona.