Imagen del campamento Al Hol, donde se encuentran los siete niños.
AFP
El embajador de Chile en Suecia,
Hernán Bascuñán, se reunió este miércoles en Estocolmo con autoridades de la Cancillería local para tratar el caso de
los siete niños huérfanos que se encuentran en un campamento en el noroeste de Siria, tras la muerte de su padre noruego-sueco y su madre chilena-sueca, ambos militantes del grupo yihadista
Estado Islámico (EI).
Esto, luego de que el chileno Patricio Gálvez, abuelo materno de los menores, enviara una carta al canciller Roberto Ampuero pidiendo la intervención en este caso ante la supuesta negación del Gobierno sueco, asegurando que los niños se encuentran en pésimas condiciones.
Ante esto, según informó la Cancillería chilena, las autoridades suecas le hicieron ver al representante diplomático que siguen el caso "con mucha atención y de manera prioritaria" para ayudar a los niños, considerando su nacionalidad sueca.
No obstante, también recalcaron que todos estos datos, como la situación en que se encuentran los niños, deben ser verificados.
Por parte de Chile, en tanto, el Ministerio de RR.EE. insistió que mantiene su disposición a colaborar en este caso y actuar coordinadamente con Suecia.
Esta semana se conoció el caso de Patricio Gálvez, cuya hija Amanda Gálvez fue de vacaciones a Turquía en 2014 junto a su marido, Michael Skramo -ambos convertidos al Islam- y sus cuatro hijos. Meses después, el matrimonio confirmó que se trasladó a Siria para unirse al Estado Islámico y que no regresaría a Suecia. Fue ahí donde tuvieron tres hijos más.
Tras la caída hace dos semanas de Al Baguz, último bastión del EI, Gálvez decidió viajar a Siria a buscar a su familia. Fue así como encontró a sus siete nietos, de entre uno y siete años, en el campamento de refugiados de Al Hol, en el noroeste del país, solos y bajo condiciones bastante deplorables. La madre habría fallecido en diciembre del año pasado en un ataque aéreo, mientras que el padre murió a mediados de marzo.
Desde entonces, el abuelo chileno ha realizado numerosas gestiones para lograr el regreso de los niños a Suecia, sin embargo, acusó a las autoridades de no querer ayudar al respecto."Son unos cobardes que no respetan la convención internacional de los derechos de los niños. Hoy no se trata de pasaportes ni de documentos consulares. Se trata de una acción humanitaria", criticó, en diálogo con Efe.
"Deberían aprender un poco más de humanidad y, al mismo tiempo, ir a un curso de empatía. Los niños han sufrido ya suficiente y son inocentes de todo esto. Son solamente víctimas", agregó.
