Sebastián Piñera, Ricardo Lagos y José Miguel Insulza reaccionaron a la muerte de García.
El MercurioEs verdad que durante el gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, el Presidente Alan García presentó una demanda ante la Corte Internacional de la Haya. Todos sabemos cuál fue el resultado de esa demanda. Pero hoy día quiero recordar lo personal: yo fui amigo de Alan García, en múltiples ocasiones lo visité en su casa, él también estuvo en mi casa. Era un hombre de una gran elocuencia.
Lamento el fallecimiento de Alan García, político hábil y consecuente con su visión socialdemócrata. Respetemos las razones que lo llevaron a tomar esta trágica decisión. Sin embargo, los actos de corrupción no pueden ser aceptados en Latinoamérica. Condenémolos con mucha fuerza.
Lamentable el suicidio de Alan García. Condolencias a su familia y seguidores. Pero nadie está sobre la ley y él no quiso enfrentar la justicia. Político hábil e inteligente, García como Presidente del Perú demandó a Chile en La Haya en 2008.
Me da mucha tristeza. Es una figura de la política en la historia reciente de Perú y es una pena lo que ha pasado en el clima de mucha violencia y mucha agitación que vive la política (...) Él buscó una salida como era Alan García, una salida orgullosa. Una decisión tremendamente exagerada, pero muy de su carácter.
Habrá una representación de nuestro país en las ceremonias fúnebres de Alan García. Tenemos una convicción profunda de que si a Perú le va bien, a Chile le va bien.
Son tremendas las circunstancias en que este fallecimiento ha tenido lugar. Como gobierno lamentamos el fallecimiento del ex presidente del Perú. Nosotros como país siempre vamos a abogar por la transparencia. En el caso de los países hermanos, son sus respectivos poderes judiciales los que tienen que llevar a cabo las respectivas investigaciones.
Es una tragedia la sombra de la corrupción en América Latina. Si se persigue fundadamente, es trágico que exista a esos niveles, con ex presidentes encarcelados en más de un país. Para hostigar o neutralizar políticamente, como suelen alegar los imputados y sus partidarios, también sería trágico que la calidad de las democracias latinoamericanas pudiera permitir tal nivel de distorsión en el funcionamiento de sus instituciones.