El gobierno francés acusó este jueves a manifestantes radicales de haber irrumpido por la fuerza en un hospital parisino durante las manifestaciones del 1 de mayo, pero las circunstancias de este incidente, por el que se abrió una investigación judicial, siguen siendo confusas.
¿Se trató de una intrusión irresponsable o de un movimiento de pánico? La confusión seguía reinando el jueves, al día siguiente de una breve irrupción de decenas de manifestantes en el hospital Pitié-Salpêtrière, en el sur de París, que ha sido condenada por varios miembros del Gobierno francés.
La fiscalía de París abrió una investigación para esclarecer los hechos, por los que fueron detenidos unas treinta personas.
El incidente se produjo al final de una tensa jornada en la que decenas de miles de manifestantes desfilaron en la capital francesa para la tradicional marcha del 1 de mayo.
La directora del hospital, Marie-Anne Ruder, acusó a manifestantes, algunos de los cuales estaban enmascarados, de haber entrado por la fuerza en el establecimiento y haber hecho "gestos violentos y amenazadores".
Un grupo de unos cincuenta manifestantes intentó incluso entrar en el servicio de reanimación del establecimiento, antes de ser desalojados por la policía, señaló.
El primer ministro, Edouard Philippe, calificó la intrusión de "totalmente irresponsable", mientras que la ministra de la Salud, Agnès Buzyn, dijo que es el reflejo del "nivel de violencia" latente en el país.
"Entrar en un hospital, forzar las rejas, asustar a los pacientes, asustar al personal, querer entrar en una sala de reanimación... Creo que realmente estamos alcanzando los niveles más altos de incivilidad", apuntó Buzyn.
No obstante, algunos empleados entrevistados este jueves dieron una versión menos dramática de lo ocurrido. Fue una escena "muy corta" y "no violenta", dijo un enfermero, identificado como Mickaël, a la cadena de noticias BFM.
Además, según testimonios y videos difundidos en las redes sociales, algunos manifestantes buscaban únicamente refugiarse en los jardines del hospital, que se encontraba en pleno recorrido oficial del desfile, para escapar a los gases lacrimógenos lanzados por la policía.
"Estábamos sumergidos por una nube oscura de gas irrespirable, la gente huyó sin saber a dónde iban", dijo a la AFP Sophie Tissier, una "chaleco amarillo" que salió a manifestar en el día de los Trabajadores.
El hospital Pitié-Salpêtrière es uno de los establecimientos de salud más importantes de la capital francesa y es conocido también por ser el recinto al que fue trasladada la princesa Diana de Gales que murió en un accidente automovilístico en París en 1997.