Tras arduas semanas de negociaciones y esperas, el chileno Patricio González pudo rescatar a sus siete nietos -hijos de combatientes del Estado Islámico (EI)- de un campo de refugiados en Siria, para intentar llevarlos pronto a Suecia, lugar en el que reside. El caso llamó la atención mundial, pero sobre todo, generó en el Gobierno y en la opinión pública sueca diversas opiniones sobre cómo proceder en estos casos, teniendo en cuenta que habrían varios niños más de esa nacionalidad en la zona de conflicto.
El tema abrió el debate en suelo europeo, ya que según informa el medio local SVT News, entre las casi 77.000 personas que se encuentran viviendo en el campamento Al Hol en Siria -mismo lugar donde estaban los nietos de González- habría un grupo de entre 60 a 80 niños que son hijos de simpatizantes suecos del Estado Islámico.
"He escuchado esas cifras, que no quiero comentar. Cada caso es individual y es mejor comenzar desde ese caso en lugar de especular sobre el número" de niños, dijo el vocero del ministerio de RR.EE. Patric Nilsson, al ser consultado por la cifra exacta.
El debate es sobre si el Gobierno local debería esforzarse más en este tema y qué acciones debería tomar para lograr el regreso de todos los niños, algo que ya han hecho otras naciones como Marruecos, Sudán, Indonesia o Kosovo - en este último caso, 110 personas volvieron, entre ellas 74 niños- pero no son pocas las complejidades burocráticas que complican su proceder.
El Servicio de Seguridad Sueco (Säpo) asegura que cerca de 300 de sus ciudadanos viajaron a Siria e Irak para alistarse en el EI u otro grupo que promueve el terrorismo. Dentro de estos, la mitad ha vuelto a Suecia, mientras que más de 50 murieron en el campo de combate -entre los que se encuentra el noruego-sueco Michael Skramo y la chilena-sueca Amanda González, padres de los nietos de Patricio González- y otros varios fueron arrestados. Se cree que los niños que se encuentran en el campamento son hijos de combatientes fallecidos o detenidos.
Complejidades técnicas
Ante la creciente preocupación que se ha producido por el futuro de los niños que se encuentran en Siria, varios parlamentarios suecos se han manifestado, en su mayoría a favor de encontrar una solución para ellos.
La presidenta del Partido del Centro Sueco, Anniel Lööf, cree que "Suecia debe asumir la responsabilidad de los niños suecos que se encuentran en estos campamentos en Siria" y que los niños no deben verse afectados por la "herencia de esa manera y debemos asegurarnos de que puedan estar a salvo, mientras que los padres que viajaron allí conscientes de que van a la guerra por el EI deben ser castigados".
"Es importante que logremos mantener la perspectiva de los niños en esta historia mientras continuamos luchando contra la radicalización. Los que han cometido crímenes deben ser llevados ante la justicia y ser juzgados duramente", dice por su parte, Ebba Busch-Thor, líder del grupo demócrata-cristiano.
"Es importante que logremos mantener la perspectiva de los niños en esta historia mientras continuamos luchando contra la radicalización. Los que han cometido crímenes deben ser llevados ante la justicia y ser juzgados duramente"
Ebba Busch-Thor
Siguiendo la tendencia, el demócrata Jimmie Akesson cree que "si hay familiares en Suecia que pueden cuidar especialmente a niños pequeños, tenemos una responsabilidad. En los casos en que faltan familiares en Suecia, puede ser mejor si los familiares en el área local lo hacen".
Es en este último punto donde surge una compleja arista, ya que son varios los requisitos para que el viaje a Suecia se pueda consumar. En el caso de los niños nacidos en Siria -o en otro país del extranjero- y que no tengan un familiar en el país europeo, necesitan conseguirse un número de coordinación (documento de identidad), aunque puede ser difícil de conseguir en este caso.
"Uno debe tener una documentación que demuestre que es un niño el que tiene derecho a venir a Suecia. Es una situación muy complicada dado que la documentación en algunos de estos países es al menos deficiente", aseguró Nilsson a SVT.
Los números de coordinación son emitidos por la Agencia Tributaria de Suecia para que sean entregados a una embajada o consulado. Estos últimos son los encargados de verificar la identidad de la persona para hacer entrega del número, pero el caso sirio complica las cosas ya que varios de los documentos que entrega este Estado no son aceptados por las deficiencias que traen.
Casos individuales
Desde el Gobierno sueco han remarcado sus constantes intentos para repatriar a los pequeños de Al Hol, aunque medios locales señalan que puede existir una oposición al respecto, ya que algunos de ellos podría venir con sus padres que son apuntados como potenciales delincuentes.
"Trabajamos tan rápido como podemos" dijo ante los constantes cuestionamientos la ministra de RR.EE., Margot Wallstöm, quien agregó que no hay una "solución rápida" para poner fin a lo que se enfrentan los niños.
"Las identidades deben ser establecidas y debemos evitar la separación familiar. Pero también puede haber padres que no quieran ir a Suecia. Todo debe ser tratado con los mejores intereses de los niños, pero también con respeto al derecho internacional", subrayó.
"Tenemos que pensar cuidadosamente en los niños, son inocentes en comparación con los adultos que han elegido y tomado una posición al respecto. Pero todos los casos deben ser tratados de forma individual"
Stefan Löfven
Mientras se coordina un posible rescate, el Gobierno ha mencionado que está ayudando con el envío de alimentos y medicamentos a Al Hol, aunque no entregó detalles sobre el número exacto de aportes.
"Tenemos que pensar cuidadosamente en los niños, son inocentes en comparación con los adultos que han elegido y tomado una posición al respecto. Pero todos los casos deben ser tratados de forma individual", dijo el Primer Ministro de Suecia, Stefan Löfven en una conferencia de prensa en el Riksdag, Asamblea Legislativa de Suecia.
Aparte de lo complejo que puede resultar conseguir el número de coordinación, se suma a que hay niños con sus padres vivos, quienes pueden no querer trasladarse a vivir a Suecia, por miedo a ser arrestados o juzgados. Junto a esto, para sacar a los pequeños de Al Hol debe establecerse comunicación con las autoridades kurdas para verificar los vínculos y analizar los casos.
Caso que ocurrió con los nietos del chileno González, en donde Nilsson remarcó que se debió interactuar con varias partes para el rescate, lo que demuestra que hay una ardua tarea diplomática detrás.
"Se trata de encontrar soluciones a largo plazo para los niños de una manera legalmente segura. Esto requiere la coordinación entre varias autoridades en Suecia y también entre los ministerios dentro de las oficinas gubernamentales. Además, participan actores internacionales y otros países", señaló el vocero de la Cancillería.
Ante la eventualidad de que varios de estos niños puedan llegar a vivir en Suecia, Ing-Marie Larsson, gerenta de sector de la administración social de Gotemburgo, dijo a SVT que "estamos acostumbrados a recibir niños que provienen de áreas devastadas por la guerra o que han vivido en un mundo traumatizado" y señaló que cada caso es distinto porque "depende de lo que los niños hayan experimentado". Ahora, queda por ver qué medidas se tomarán para entregar tranquilidad a los pequeños.