Un sismo de magnitud 7,5 se produjo este martes ante las costas de Papúa Nueva Guinea, informó el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), lo que provocó una alerta ante un posible tsunami, que luego fue desactivada.
El epicentro del sismo se produjo a 44 kilómetros al noreste de la isla de Kokopo y a 10 kilómetros de profundidad. Ante esos datos el Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico decidió lanzarla.
"Fue enorme, verdaderamente enorme. Muy alarmante", declaró Megan Martin, directora de un centro turístico en Kokopo, denominado Ropopo Plantation.
"No parece que hayamos sufrido daños, pero estamos comprobando" añadió.
El Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico había indicado que "a partir de los parámetros preliminares (...) es posible que se produzcan olas de tsunami en las costas localizadas en un radio de 1.000 km del epicentro del sismo".
Las réplicas se seguían sintiendo mucho después del terremoto, en tanto los habitantes de la región se encontraban sentados en medio de la oscuridad temiendo, precisamente, las posibles olas de un tsunami.
El Centro de alerta había pronosticado un aumento de hasta un metro de la altura del océano, algo que podría llegar a lugares tan lejanos como Japón, Taiwán, Filipinas e Indonesia.
Sin embargo, los científicos, que no disponen de medidores del nivel del mar en este remoto rincón del archipiélago, luego dijeron que la amenaza de un tsunami ya había pasado.
El sismo se produjo en el Cinturón de fuego del Pacífico, un área de actividad sísmica habitual.
En febrero un sismo de magnitud 7,5 en Papúa Nueva Guinea mató a 150 personas y destruyó centenares de edificios.