Este viernes los australianos dieron inicio a las elecciones legislativas, que determinaran el próximo gobierno y que enfrentan al opositor Partido Laborista -que parte como favorito- a la gobernante colación Liberal-Nacional.
Alrededor de 17 millones de australianos están llamados a las urnas para estos comicios, que se anuncian ajustados y donde se eligirán a 151 diputados de la Cámara Baja entre 1.056 candidatos y 40 de los 70 senadores, que sirven durante un período de seis años en la Cámara Alta, entre 458 aspirantes.
Según la última encuesta de Ipsos, el Partido Laborista, liderado por Bill Shorten, es el favorito con un 51% de intención de voto, frente a un 49% de la coalición Liberal-Nacional del Primer Ministro, Scott Morrison.
Algunos de los primeros votantes que acudieron a depositar su voto a un club de surf playero de la periferia de Sídney, se encontraron con voluntarios con camisetas naranjas con la leyenda "Soy un votante climático" entregaban panfletos.
"Me preocupa el clima y el hecho de que Australia no esté haciendo lo suficiente", dijo a AFP Catherine Willis, una de las voluntarias.
Las inundaciones, las altas temperaturas y los numerosos incendios forestales registrados en el país en el último año colocaron el tema del cambio climático en el centro de la campaña.
El Partido Laborista prometió objetivos ambiciosos para las energía renovables, mientras que los liberales aseguraron que no arriesgarían el buen estado de la economía alimentada por el carbón para que el aire sea más limpio. Señales que podría decidir una alternancia en el poder tras seis años de Gobierno conservador.