El primer Presidente electo democráticamente de Egipto, Mohamed Mursi, fue enterrado discretamente este martes mientras se multiplican los llamamientos para que se investiguen las causas de su muerte después de que se desplomara en una audiencia en un tribunal de El Cairo.
La ONU reclamó una investigación "minuciosa e independiente" sobre la muerte a los 67 años del ex jefe de Estado islamista, después de haber pasado seis años en la cárcel.
"Toda muerte repentina en prisión debe ser seguida de una investigación rápida, imparcial, minuciosa y transparente por un órgano independiente para aclarar la razón del deceso", declaró Rupert Colville, vocero del Alto Comisionado de los Derechos Humanos, "para verificar si las condiciones de detención tuvieron un impacto en su muerte".
Mursi, quien falleció súbitamente el lunes, fue sepultado en Medinat Nasr, un barrio de El Cairo, aseguró uno de sus abogados.
"Fue sepultado en Medinat Nasr (...) en presencia de su familia. Las oraciones fúnebres fueron en el hospital de la prisión de Tora", donde Mursi fue declarado muerto la víspera, dijo su abogado Abdelmoneim Abdel Maksud.
El abogado precisó que los miembros de la familia habían lavado el cuerpo de Mursi y rezaron los últimos ritos el martes por la mañana en el Hospital Leeman Tora.
El recinto médico se encuentra cerca de la prisión donde el primer Presidente civil de Egipto, un prominente miembro de la Hermanos Musulmanes, estuvo recluido durante seis años en régimen de aislamiento y en deterioro de su salud.
Maksud dijo que al entierro asistieron sólo unos 10 miembros de la familia y algunas personas cercanas a Mursi. Por su parte, la prensa egipcia habló el martes del tema de forma mínima. Algunos diarios no mencionaban ni siquiera que fue jefe de Estado entre junio de 2012 y julio de 2013.
En un país donde la oposición es brutalmente reprimida, poca gente comentaba abiertamente el deceso del exjefe de Estado.
En cambio en Turquía, donde el Gobierno apoya a los Hermanos Musulmanes, miles de personas participaron en Estambul en una oración colectiva en su memoria.
Paro cardíaco
La red estatal de televisión aseguró que la muerte se produjo por un paro cardíaco.
"El tribunal le acordó el derecho de hablar durante cinco minutos. Cayó al suelo en el banquillo de los acusados y fue llevado rápidamente al hospital", donde murió, según un comunicado de la fiscalía.
Mursi, un ingeniero procedente de una familia de agricultores, fue encarcelado tras su destitución y juzgado luego por varios casos, entre ellos uno de espionaje para Irán, Catar y grupos militantes como el Hamas en Gaza. Además, fue acusado de fomentar actos de terrorismo.
En marzo de 2018, un grupo de parlamentarios británicos advirtió que sus condiciones de detención no cumplían con las normas internacionales y que podrían conducir a su "muerte prematura". Otros líderes de los Hermanos Musulmanes también murieron bajo custodia.
El Partido de la Libertad y la Justicia, brazo político de los Hermanos Musulmanes, también acusó a las autoridades egipcias de "lento asesinato", denunciando las "malas condiciones" de detención de Mursi.