La propaganda norcoreana mostró este martes a su líder, Kim Jong-un, inspeccionando un nuevo submarino con capacidad para lanzar misiles balísticos, un mensaje que advierte a Estados Unidos sobre las ansias de Pyongyang para retomar cuanto antes el diálogo sobre desarme.
Los medios norcoreanos mostraron a Kim revisando este nuevo sumergible que el Ejército quiere poner en servicio en el Mar de Japón (llamado Mar del Este en las dos Coreas) y cuyo "despliegue operativo está cerca", según los textos publicados.
Las imágenes muestran el submarino en dique seco en unas instalaciones cubiertas, pero la localización de dicha nave, así como la fecha de la visita, no han sido precisadas por los medios estatales.
En cualquier caso, todo apunta a que se trata de los astilleros de Sinpo (costa oriental del país), principal centro de desarrollo del programa de submarinos norcoreano.
También a que el batiscafo que aparece en las imágenes es la nueva versión avanzada norcoreana de sumergibles con capacidad para lanzar misiles balísticos.
Este nuevo submarino, bautizado Sinpo-C por la comunidad de analistas de inteligencia, se basa en el Sinpo, modelo experimental (no operativo) con el cual Corea del Norte lanzó por primera vez en agosto de 2016 un misil balístico desde un submarino (SLBM), el Pukguksong-1.
Pero en este caso se trata de una embarcación con mayor envergadura, algo que responde a su capacidad para llevar consigo al menos cuatro proyectiles balísticos (el Sinpo solo tiene capacidad para cargar un misil).
La puesta en escena orquestada por la propaganda norcoreana para presentarlo en sociedad no parece dejar nada al azar.
Todo indica un toque de atención a Washington ante la falta de progreso en el diálogo; desde el peso otorgado a la cobertura -la noticia ocupó la portada del diario Rodong con tres fotos a todo color- hasta el lenguaje empleado.
En ese sentido, la agencia estatal KCNA mencionó que el submarino se ha diseñado "para implementar por completo las intenciones estratégicas" del partido único norcoreano y que supone un importante refuerzo para la "capacidad de defensa nacional".
Varios analistas consideran esto una alusión inequívoca a las armas atómicas como parte de la estrategia de disuasión nuclear norcoreana.
Para no dejar dudas, durante la inspección estuvieron presentes junto a Kim tres figuras clave en los programas norcoreanos de armas de destrucción masiva: Ho Yong-chil y Kim Jong-sik, vicedirectores del Departamento de Construcción de Maquinaria, y Jang Chang-ha, presidente de la Academia de Ciencias para la Defensa Nacional.
La flota de submarinos norcoreana, aunque numerosa, no deja de ser realmente anticuada (sus embarcaciones desarrolladas en los años 90 presentan importantes trabas a nivel operativo, mientras que otras se basan en la clase Romeo soviética de los 50) y en principio no supone una amenaza a corto plazo.
Pero lo mostrado hoy subraya que Corea del Norte sigue desarrollando armamento pese al acercamiento con EE.UU. y que su programa de SLBM, que puede otorgar mayor movilidad y alcance al arsenal norcoreano, continúa avanzando, con muchos expertos atentos a la posibilidad de que Pyongyang decida testar pronto un nuevo SLBM, el Pukguksong-3.
Corea del Norte publicó además la información coincidiendo con la visita a Seúl, a partir de hoy, del consejero Nacional de Seguridad estadounidense,
John Bolton, figura controvertida y duramente criticada por Pyongyang dada su insistencia en instar al régimen a que se desarme por completo antes de rebajar ninguna sanción.
Corea del Norte ha repetido a lo largo del último año que quiere un proceso de desnuclearización gradual que vaya acompañado de una relajación progresiva de sanciones.