Los conservadores de Polonia revalidaron su mandato en las elecciones legislativas y, previsiblemente, conservarán su mayoría absoluta, según los resultados del escrutinio anunciados este lunes.
Por otro lado, la izquierda regresará al Parlamento tras una ausencia de cuatro años, mientras que la ultraderecha también entró en el hemiciclo.
Con el 43,8% de los votos, el partido Derecho y Justicia (PiS) de Jaroslaw Kaczynski, muy popular en las zonas rurales gracias a sus ayudas sociales, podría obtener una cómoda mayoría absoluta en la Cámara baja, de 460 diputados, según los resultados obtenidos tras el recuento del 99,5% de los colegios electorales, publicados por la Comisión Electoral.
A falta del escrutinio total, el resultado obtenido por PiS es el mejor jamás logrado por un partido político en los 30 años de democracia polaca tras la caída del comunismo.
"Arduo trabajo"
"Tenemos por delante cuatro años de arduo trabajo", aseguró el domingo por la noche Kaczynski en la sede de su partido. "Merecemos más", agregó el jefe de filas del PiS, considerado el hombre más influyente de Polonia.
Según esos resultados, la principal formación de la oposición, la Coalición Cívica (KO, centro) habría recabado el 27,2% de los votos, seguida por la izquierda (12,5%). El partido de los agricultores PSL, asociado a los antisistema Kukiz'15, habría logrado el 8,6% de los votos.
Una formación de ultraderecha antisistema, que incluye a los ultraliberales y a los nacionalistas antimigrantes, la Confederación, entraría en el Parlamento con el 6,8% de los votos. La minoría alemana habría obtenido un escaño.
La participación fue del 61,1%, un récord desde las primeras elecciones de 1989, que se organizaron aún según el sistema heredado del comunismo.
Entre las cinco listas que deben entrar en el Parlamento, algunas son alianzas de grupos muy distintos.
"Con muchos jóvenes nuevos y valientes, sin respeto por los viejos, esta será una 'Dieta' (Asamblea polaca) más clara, más animada, más interesante", señaló Ewa Marciniak, politóloga de la Universidad de Varsovia.
El PiS "tiene la mayoría absoluta y no necesita aliados para gobernar", declaró por su parte a la AFP Stanislaw Mocek, rector de la universidad Collegium Civitas. Pero "no tiene una mayoría suficiente para rechazar un veto presidencial, así que el desafío para la oposición será apostar por las elecciones presidenciales del año próximo".
En el poder desde 2015, el PiS trató de movilizar a las capas más desfavorecidas de la sociedad, sobre todo las de las regiones rurales, defendiendo los valores familiares frente a la "ideología LGTB", con la bendición de la Iglesia Católica, todavía muy influyente. En su programa, prometió más ayudas familiares, una bajada de los impuestos y una subida del salario mínimo, unas medidas posibles gracias a los buenos resultados de la economía polaca.
Frente a ellos, la oposición de la KO se apoyó en los habitantes de las grandes ciudades, molestos por las controvertidas reformas del PiS, incluyendo las del sistema judicial, y por la transformación de los medios públicos en medios de propaganda gubernamental.
En su primera reacción, su líder, Grzegorz Schetyna, prometió que la KO ganaría las elecciones presidenciales de 2020.
Por su parte, la izquierda, que condenó la campaña anti-LGTB de los conservadores pero que apoya su programa social, manifestó su satisfacción por haber regresado al Parlamento.