En un referéndum celebrado el 23 de junio de 2016, 52% de los británicos votó a favor de salir de la Unión Europea.
Esto provocó la dimisión del primer ministro conservador David Cameron. En la pugna por remplazarlo, el exalcalde de Londres Boris Johnson, partidario del Brexit, se retiró en el último momento y la ministra del Interior Theresa May se convirtió en primera ministra el 11 de julio.
El 29 de marzo de 2017 el gobierno británico activó con una carta a Bruselas el Artículo 50 del Tratado de la UE que rige la retirada voluntaria de un país miembro.
Se inició así el plazo de dos años que debía desembocar en la salida británica el 29 de marzo de 2019.
May adelantó las elecciones al 8 de junio en un intento de fortalecer su posición, pero perdió la mayoría absoluta y tuvo que negociar el apoyo de los 10 diputados del partido unionista norirlandés DUP para poder gobernar.
La cuestión irlandesa se convirtió en el principal escollo en las negociaciones: Londres y Bruselas quieren que la frontera entre Irlanda y la provincia británica de Irlanda del Norte siga abierta, pero eso encaja mal con la oposición del DUP a que los norirlandeses tengan un trato diferente al resto de británicos.
Tras acordar algunos términos del divorcio tras negociaciones maratonianas el 8 de diciembre de 2017, Londres y Bruselas no llegaron a un acuerdo completo hasta el 13 de noviembre de 2018.
Este tuvo que superar una amenaza de veto planteada a última hora por España respecto a las relaciones con Gibraltar, pero finalmente el 25 de noviembre Reino Unido y los 27 firmaron el Tratado de Retirada y una declaración política sobre su futura relación.
La Cámara de los Comunes debía votar ambos textos el 11 de diciembre. Pero ante la evidencia de que se encaminaba al fracaso, May anunció un día antes que aplazaba la sesión y pediría más "garantías" a la UE.
El 15 de enero, ante la falta de cambios sustanciales, el acuerdo fue estrepitosamente rechazado: 432 diputados votaron en contra y solo 202 a favor.
El líder de la oposición, el laborista Jeremy Corbyn, presentó una moción de censura contra el gobierno, que fracasó al día siguiente por una estrecha mayoría.
May obtuvo más garantías de la UE sobre la salvaguarda irlandesa, pero el Parlamento británico volvió a rechazar el 12 de marzo esta "versión mejorada" del acuerdo.
El Consejo Europeo aceptó aplazar la salida hasta el 22 de mayo si Reino Unido aprobaba el Tratado de Retirada, dejándole de lo contrario hasta el 12 de abril para presentar una propuesta alternativa.
El 27 de marzo, mientras el Parlamento debatía posibles alternativas al acuerdo de May, ésta reunió a sus diputados y les prometió dimitir en cuanto lograse la aprobación del texto. Sin embargo, dos días después el texto fue rechazado por 344 votos contra 286.
El 11 de abril May obtuvo de la UE un aplazamiento "flexible": hasta el 31 de octubre pero con la posibilidad de salir antes del bloque si Londres encontraba una solución.
El 23 de julio, Boris Johnson, partidario de un Brexit con o sin acuerdo el 31 de octubre, es elegido por el Partido Conservador para suceder a May, quien había anunciado su renuncia el 7 de junio.
El 28 de agosto, el nuevo primer ministro anuncia la suspensión del Parlamento a partir de la segunda semana de septiembre y hasta el 14 de octubre, es decir dos semanas antes del Brexit.
Los opositores a un Brexit sin acuerdo lo acusan de querer marginarlos y se organizan para intentar legislar de urgencia.
El 3 de septiembre, Boris Johnson pierde la mayoría absoluta tras deserciones y expulsiones de diputados de su partido. Varios miembros de su gobierno lo abandonan.
El 9, la reina Isabel II aprueba una ley que obliga al primer ministro a pedir a la UE una postergación del Brexit si no obtiene un acuerdo de retirada para el 19 de octubre.
El 10, el parlamento queda suspendido. Boris Johnson afirma que no pedirá una "nueva postergación" y que buscará un acuerdo para la cumbre europea del 17 y 18 de octubre en Bruselas.
El 24, la Corte Suprema británica juzga de manera unánime como "ilegal" la suspensión del parlamento, que vuelve a sesionar al día siguiente.
El 10 de octubre, en una declaración común, Boris Johnson y su homólogo irlandés Leo Varadkar aseguran entrever "un camino" para un compromiso sobre la cuestión clave de la frontera irlandesa.
El 17, antes de la apertura de la cumbre europea, la UE y el Reino Unido anuncian haber alcanzado un nuevo acuerdo de divorcio, que aún debe ser adoptado por el Europarlamento y el parlamento británico.
De manera casi inmediata, la oposición laborista británica llama a rechazar el texto, al que también se opone el DUP norirlandés.