Francia se está preparando desde ya para la huelga masiva de los grandes sectores de la fuerza laboral de todo el país contra la reforma planificada del sistema de pensiones del Gobierno, que se llevará a cabo este jueves 5 de diciembre y que promete ser histórica.
El paro nacional interrumpirá los servicios de trenes, buses del transporte público y aerolíneas del país. Estos anuncios complican al Gobierno galo debido a que la paralización de estos podría traer consecuencias importantes en la economía si es que se cumplen las promesas de ciertos gremios de llevar a cabo una "huelga ilimitada".
Este paro, con foco en París, pretende hacer público el malestar general que provocaron las propuestas de reforma que el Presidente Emmanuel Macron considera necesarias para que el sistema de pensiones sea financieramente sostenible.
En la capital, donde los sindicatos de trabajadores están organizando la marcha, la policía advirtió este miércoles sobre posibles focos de violencia y daños y determinó el cierre de todas las empresas, cafeterías y restaurantes en el camino del tramo de la movilización. Asimismo, las autoridades también prohibieron las protestas en la avenida Champs-Elysees, alrededor del palacio presidencial, el Parlamento y la catedral de Notre Dame.
Organizaciones que paralizarán
Según reportó La Vanguardia, la Compañía Nacional de Ferrocarriles (SNCF), los empleados de la red de transporte público de la región parisina (RATP), profesores, funcionarios municipales y regionales, trabajadores energéticos y de refinerías, y personal de Air France se adherirán a la paralización.
Además, se espera que el paro afecte también a los controladores aéreos fuera de París, taxis y servicios de ambulancias. Las policías francesas también protestarán –de forma simbólica–, así como también el personal sanitario –que lleva meses en huelga– y los chalecos amarillos.
De las organizaciones y sindicatos en paro, las dos que han provocado mayor preocupación en el Gobierno son la Compañía Nacional de Ferrocarriles (SNCF) y los empleados de la red de transporte público de la región parisina (RATP) por adherir a la convocatoria de paro de carácter "indefinido".
Es por eso que las personas que compraron pasajes de tren entre el 5 y el 8 de diciembre fueron avisadas previamente de que estos serían anulados y sus dineros reembolsados, ya que la compañía ferroviaria espera que se cancelen nueve de cada 10 trenes de alta velocidad y las líneas de trenes internacionales también se verán afectadas. Por su parte, Air France anunció que alrededor del 30% de sus vuelos nacionales serán cancelados.
Por otro lado, este jueves se cerrarán miles de colegios en Francia y es posible que no se recolecte la basura, ya que muchos trabajadores, en su mayoría del sector público, se unieron al movimiento. Así como algunos trabajadores de hospitales públicos.
En 1995 ocurrió un hecho similar en Francia durante la presidencia de Jacques Chirac. Ese año el Ejecutivo planteó eliminar los más de cuarenta regímenes especiales de pensiones para todos los colectivos, pero tuvo que desistir porque el bloqueo del país por parte de los sindicatos se prolongó durante semanas.
Reforma de pensiones
En la propuesta de reforma de pensiones del Gobierno de Macron, se quiere aplicar un conjunto de reglas a todos los nuevos pensionistas. Esto reemplazaría los 42 regímenes de pensiones actuales que se aplican a diversas profesiones y que incluyen disposiciones específicas, como la jubilación anticipada para trabajadores de la formación. Todos los jubilados franceses reciben una pensión estatal y la edad legal de jubilación general es de 62 años.
"El Gobierno no cederá y la reforma de pensiones seguirá adelante porque estamos salvando las pensiones de nuestros hijos"
Gérald Darmanin, ministro de Acción y Cuentas Públicas de Francia
Pero, tras el anuncio, los trabajadores dieron a conocer sus crecientes temores sobre que las personas tendrán que trabajar "más tiempo por menos".
La huelga que se inicia es la última de la seguidilla de protestas que ha enfrentado Macron desde que llegó al poder en 2017. La mayoría de las reformas se centran en los cambios en el mercado laboral, que fueron propuestas en las que el Mandatario galo insistió durante su campaña para que Francia se convirtiera "en una economía más dinámica".
La preocupación más grande para el Gobierno francés es que las manifestaciones podrían reactivar las protestas de los chalecos amarillos, que estallaron en noviembre de 2018 y rápidamente se convirtieron en un movimiento más amplio que se enfrentó a las políticas de Macron.
El ministro de Acción y Cuentas Públicas, Gérald Darmanin, afirmó el martes en una entrevista con Le Journal du Dimanche que el Gobierno no cederá y la reforma de pensiones seguirá adelante porque "estamos salvando las pensiones de nuestros hijos". Esa misma firmeza mostraba el Ejecutivo hace un año con la ecotasa de los carburantes y el Gobierno la terminó anulando ante la presión en la calle de los chalecos amarillos y los graves actos de violencia y vandalismo.