La misión enviada a Bolivia por la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, ha documentado, hasta el momento, algunos hechos de violencia que podrían constituir "graves violaciones a los derechos humanos" durante los hechos registrados en ese país a raíz de las elecciones del 20 de octubre.
En las tres semanas que la misión lleva en Bolivia, a donde aterrizó el 11 de noviembre, el organismo ha recabado información de primera fuente sobre la situación de derechos humanos en el país y "ha documentado hechos de violencia ocurridos a partir del 21 octubre, algunos de los cuales podrían constituir graves violaciones a los derechos humanos", informó la ONU a través de un comunicado.
Entre ellos, detalló, existen "los trágicos sucesos ocurridos en Sacaba (Cochabamba) el 15 de noviembre -donde fallecieron al menos 9 personas- y en Senkata (El Alto) el 19 de noviembre, donde fallecieron al menos 10 personas durante una intervención del Ejército y de la Policía en el contexto de manifestaciones".
Durante su estancia, la misión ha sostenido múltiples reuniones con instituciones del Estado, la sociedad civil, organizaciones sociales, gremiales e indígenas, entidades internacionales, víctimas, familiares y testigos entre otros actores, además de mantener un estrecho diálogo con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Además, ha visitado hospitales, centros de detención y otros lugares relevantes, como la planta de gas de Senkata.
La Oficina agradeció además "la disposición de las autoridades para facilitar el trabajo de la misión y el acceso a la información, así como la generación de espacios para mantener intercambios, diálogo y recomendaciones sobre temas de derechos humanos".
En las próximas semanas, la misión continuará con sus actividades, con el objeto de contribuir al fortalecimiento de las garantías de Derechos Humanos en Bolivia, con especial énfasis en la prevención, precisó la nota.
Asimismo, "seguirá abogando porque todos los hechos de violencia, al margen de su autoría, sean investigados de manera pronta, transparente e imparcial por las entidades estatales competentes".
La crisis política en Bolivia se desató tras las elecciones presidenciales del 20 de octubre, en las que el ahora ex Presidente Evo Morales proclamó su victoria pero la oposición denunció un "fraude gigantesco", lo que terminó con su renuncia tras hacerse público un informe de la OEA y luego de la sugerencia de las Fuerzas Armadas.
Bolivia se prepara ahora para llevar a cabo unas nuevas elecciones en las que ni Morales ni su vicepresidente, Álvaro García Linera, podrán participar, debido al acuerdo al que su partido, el Movimiento Al Socialismo (MAS), y el Gobierno de la presidenta interina Jeanine Áñez han llegado en el Congreso.