La protesta frente al Parlamento de Nueva Zelandia creció este viernes después de los choques violentos de la víspera entre la policía y los manifestantes contrarios a las restricciones sanitarias por la pandemia.
Un ambiente festivo prevalecía en la movilización en el centro de Wellington donde los manifestantes han instalado un improvisado "Campamento de la Libertad", con música y bailes, mientras la policía miraba desde barricadas.
Aunque la zona está precintada y en teoría cerrada al público,
el número de manifestantes creció de unos 250 a alrededor de 1.500 en la noche del jueves al viernes.
En la víspera se produjeron violentos enfrentamientos cuando algunos agentes trataron de evacuar la protesta, detuvieron a 122 personas y usaron gas pimienta.
Los manifestantes llevan cuatro días acampados frente al Parlamento en una protesta inspirada por el "Convoy de la Libertad" liderado por camioneros en Canadá que ha paralizado el centro de Ottawa y ha bloqueado tres pasos fronterizos con Estados Unidos.
Una manifestante llamada Carrie, que rechazó dar su apellido, dijo que los activistas seguían comprometidos con su objetivo de acabar con la obligación de vacunarse para trabajadores de la sanidad, las fuerzas del orden, la educación o la defensa.
"La forma como nos trató la policía nos impactó a todos (...) Lo que hicieron ayer fue más allá de cualquier expectativa. Brutal, absolutamente brutal", dijo a AFP.
Además de la obligación impuesta a algunos sectores profesionales, Nueva Zelanda aplica un certificado de vacunación para entrar a restaurantes, eventos deportivos o servicios religiosos.