Nueve años después del desembarco de Francia en Mali para frenar el terrorismo yihadista en ese país, París y sus socios occidentales anunciaron este jueves la retirada coordinada de sus tropas ante la falta de colaboración de la junta militar que gobierna en Bamako.
La decisión se traducirá en el cierre de las bases de Gossi, Menaka y Gao entre los próximos cuatro y seis meses y en una reorganización de sus operaciones en la región para adaptarse a la evolución de la amenaza y a las peticiones de colaboración de otros países locales.
"Ante las múltiples obstrucciones por parte de las autoridades de transición malienses, Canadá y los Estados europeos que operan en la operación Barkhane y en la fuerza Takuba creen que
ya no se dan las condiciones políticas, operativas y jurídicas para continuar de manera eficaz su compromiso militar actual en la lucha contra el terrorismo en Mali", apuntó un comunicado conjunto difundido por Francia.
La fuerza francesa Barkhane se creó en agosto de 2014 como sucesora de la operación Serval, que París lanzó a comienzos de 2013 para impedir que las organizaciones yihadistas que se habían hecho fuertes en el norte y el centro de Mali consiguieran el control de todo el país.
"Francia intervino en Mali primero para luchar contra el terrorismo y a petición de ese Estado soberano. Esa segunda condición ha cambiado. La victoria no es posible si no está encabezada por el propio Estado", explicó en conferencia de prensa el presidente galo, Emmanuel Macron.
La misión no cambiará de nombre, al menos de momento, y prosigue porque su prioridad es el combate antiterrorista, pero e
l corazón de su acción se desplazará ahora de Mali a Níger, en la llamada zona de las tres fronteras.
Takuba, en cambio, también bajo mando francés y lanzada en enero de 2020 por varios países europeos para acompañar a las fuerzas malienses, no puede trasladarse como tal a otro lugar, por lo que el anuncio de este jueves supone su futuro cese de facto.
¿Fracaso militar?
Macron rechazó de forma categórica que la retirada equivalga a un fracaso: "¿Qué hubiera pasado en 2013 si Francia no hubiera optado por intervenir? El Estado maliense, sin lugar a dudas, se habría hundido".
Lo ratificado este jueves, según el portavoz del Estado Mayor del Ejército francés, el coronel Pascal Ianni, es consecuencia de la actitud de las autoridades malienses: "Nosotros hemos hecho nuestro trabajo y lo hemos hecho bien. Hablar de derrota o humillación militar no tiene sentido. No se ha ondeado ninguna bandera blanca".
La tensión existente con la junta militar que gobierna Mali tras del golpe de Estado de mayo de 2021, el segundo en menos de un año, es fruto de su incumplimiento de la promesa de organizar rápidamente elecciones libres y de su recurso a los mercenarios de la empresa rusa
Wagner, vinculada al Kremlin.
Esos mercenarios, según Macron, están en el país "con una finalidad depredadora", porque la junta "cree que son los mejores socios que puede encontrar para proteger su propio poder, no para luchar contra el terrorismo".
La decisión de hoy toma en cuenta tanto esa coyuntura como la intención ya avanzada por el Presidente francés en junio de transformar Barkhane en una operación de cooperación y apoyo a los Ejércitos de la región que lo deseen.
Disminución de tropas
Francia tiene ahora en el Sahel unos 4.600 militares, de ellos unos 2.400 solo en Mali. Con el cambio de estrategia aspira a quedarse con entre 2.500 y 3.000: "La maniobra será compleja y la efectuaremos con seguridad y a nuestro ritmo, en coordinación con los aliados del Sahel y europeos", precisó el coronel Ianni.
En este tiempo su acción antiterrorista no va a cesar. "Reconocemos los sacrificios hechos. Entendemos la decisión", apuntó también hoy el jefe de Estado de Senegal y presidente de turno de la Unión Africana (UA), Macky Sall, no sin dejar claro que la lucha contra el terrorismo no puede estar solo en manos africanas.
El anuncio tuvo lugar horas antes de una reunión en Bruselas entre la UE y la UA y fue concertado en una cena el miércoles en el Elíseo con una veintena de dirigentes africanos y europeos, con la que evitar que fuera visto como un paso unilateral francés.
Ha sido firmado entre otros por Alemania, Bélgica, Dinamarca, Italia, la Comisión Europea, la Coalición para el Sahel y la Comisión de la UA. Y su impacto se extiende de forma indirecta más allá de lo militar.
La UE informó este jueves de que ha enviado un equipo a Mali para determinar con las autoridades del país si se dan las garantías para que continúe la labor de la misión de formación militar EUTM, cuyo final está previsto de momento para mayo de 2024 y en la que participan 22 Estados miembros, incluida España.