Las autoridades ucranianas dijeron que por lo menos 35 personas perdieron la vida y 134 resultaron heridas el domingo cuando más de 30 misiles crucero fueron disparados contra la base militar de Yavorov, ubicada a unos 25 kilómetros de la frontera con Polonia.
La base de entrenamiento parece ser el blanco ubicado más al occidente que ha sido atacado en lo que va de los 18 días de conflicto. La instalación, también conocida como el Centro Internacional de Seguridad y Mantenimiento de la Paz, ha sido utilizada desde hace tiempo para capacitar al personal militar ucraniano, a menudo con instructores de Estados Unidos y otros países de la OTAN.
La base también ha albergado ejercicios militares internacionales de la alianza atlántica. Como tal, el sitio simboliza lo que ha sido una añeja queja de Rusia: que la alianza de 30 naciones se está acercando a las fronteras rusas. Moscú ha exigido que Ucrania deje de lado sus intenciones de unirse a la OTAN.
Estados Unidos condenó el ataque perpetrado en Yavorov. El secretario de Estado Antony Blinken tuiteó el domingo: "La brutalidad debe parar".
Washington también emitió una dura advertencia: El asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, dijo al programa "Face the Nation" de la cadena CBS News que la OTAN responderá si algún ataque ruso va más allá de las fronteras ucranianas e impacta a países miembros de la alianza.
Ataques aéreos de Rusia volvieron a golpear el aeropuerto de Ivano-Frankivsk, otra ciudad en el oeste de Ucrania, al sur de Leópolis y a 250 kilómetros de la frontera ucraniana con Eslovaquia y Hungría, miembros de la OTAN. El alcalde de la ciudad, Ruslan Martsinkiv, señaló que el objetivo de Moscú fue "sembrar pánico y miedo".
En la sitiada ciudad portuaria de Mariúpol, el ayuntamiento dijo que más de 2.180 personas han fallecido a causa de los constantes ataques de las fuerzas rusas.
El Comité Internacional de la Cruz Roja indicó que el sufrimiento en la ciudad portuaria es "simplemente inmenso" y que cientos de miles de residentes enfrentan "escasez severa o total de necesidades básicas como alimentos, agua y medicamentos". La organización dijo que los cuerpos de civiles y soldados siguen en los sitios donde murieron.
Según las autoridades ucranianas, los rusos acordaron que más de 10 corredores humanitarios abrirían el domingo, incluida una ruta desde Mariúpol. Pero promesas similares no se han concretado y no había noticias el domingo por la noche acerca de si las rutas estaban habilitadas. Las autoridades dijeron que se tenía previsto que una caravana con 100 toneladas de ayuda llegara a Mariúpol el lunes.
En la ciudad sureña de Mykolaiv, cerca del Mar Negro, las autoridades reportaron el fallecimiento de nueve personas a causa de la ofensiva. Dijeron que 32 personas también resultaron heridas en los ataques aéreos rusos contra un monasterio y un centro infantil en la región de Donetsk, en el este del país.
La fuerza policial de Kiev indicó el domingo que tropas rusas abrieron fuego contra el vehículo en el que viajaban Renaud y otro periodista en Irpín, cerca de la capital. La policía dijo que el periodista lesionado, Juan Arredondo, fue trasladado a un hospital de Kiev.
Un portavoz del New York Times dijo que Reanud, de 50 años, era un "talentoso cineasta que había contribuido" con el periódico a lo largo de los años, aunque aclaró que no estaba colaborando con ellos al momento de su muerte. La revista TIME difundió un comunicado en el que indicó que Renaud había estado trabajando en un proyecto de TIME Studios sobre la crisis global de refugiados.
La periodista Annalisa Camilli le dijo a The Associated Press que estaba en el hospital de Kiev al que Arredondo fue trasladado. En un video grabado por Camilli, Arredondo, tendido en una camilla, dijo que él y Renaud habían estado filmando a refugiados que huían de la zona cuando soldados rusos abrieron fuego en un punto de revisión.
El conductor de su vehículo dio media vuelta para regresarse, pero los soldados siguieron disparando, relató Arredondo. Añadió que una ambulancia lo recogió y que el cadáver de Renaud fue dejado en el lugar. Había recibido un disparo en el cuello.
En un hospital de Brovary, cerca de Kiev, los doctores atendían a los heridos, incluyendo a tres personas que pasaron en un vehículo sobre una mina.
Valentyn Bagnyuk, director de medicina del hospital, dijo que el 80% de los pacientes son civiles que han resultado heridos por los bombardeos.
Volodymr Adamkovych estaba sentado sin camisa en una cama de hospital, con vendajes sobre su abdomen que cubrían las heridas provocadas por un proyectil que cayó sobre su casa. Dijo que pasó la noche en el sótano de la residencia antes de poder trasladarse con seguridad al hospital. Indicó que su esposa y su hijo también estaban en casa, pero resultaron ilesos.
En Irpín, un suburbio de Kiev, el soldado Alexei Lipirdi, de 46 años, dijo que los rusos "quieren intimidarnos para que no estemos tranquilos", pero él y su unidad se mantienen en pie de lucha. A lo lejos se elevaba humo de edificios.
Si bien el número de personas que llegan a países vecinos de Ucrania parece haber disminuido en la última semana, los refugiados siguen narrando horrendos relatos de muerte y destrucción.
En una estación ferroviaria de Przemysl, Polonia, los refugiados describieron haber viajado en trenes hacinados y con "personas durmiendo una sobre otra" durante su trayecto hacia la seguridad. Algunos escucharon explosiones mientras pasaban por una región del occidente de Ucrania cerca de Leópolis, en donde misiles rusos impactaron la base de entrenamiento militar.
"El cielo se tornó rojo", dijo Elizaveta Zmievskaya, de 25 años y originaria de Dnipró.
Ina Padi, de 40 años y quien cruzó la frontera acompañada de su familia, se albergó en una estación de bomberos en Wielkie Oczy, Polonia, donde el domingo fueron despertados por estallidos que hacían cimbrar las ventanas.
"En ese momento entendí que, incluso si estamos libres de ella, de todas formas (la guerra) viene por nosotros", aseguró.
Más de 1,5 millones de refugiados han llegado a Polonia desde que comenzó la invasión rusa a Ucrania el 24 de febrero. Las Naciones Unidas aseguran que, en total, unas 2,7 millones de personas han salido del país hasta el momento.
Anna Michalska, portavoz de la guardia fronteriza polaca, dijo que el número de refugiados ha disminuido en la última semana: el domingo llegaron unos 79.800, en comparación con 142.000 hace una semana.
Hasta el momento han fracasado las negociaciones para establecer un cese del fuego a gran escala. El portavoz del Kremlin dijo que el lunes se llevará a cabo una nueva ronda de conversaciones a través de video conferencia, según la agencia noticiosa estatal Tass.
El Presidente estadounidense Joe Biden enviará a su asesor de seguridad nacional a Roma para reunirse el lunes con un funcionario chino, en medio de preocupaciones de que Beijing está promoviendo la desinformación rusa y pudiese ayudar a Moscú a evadir las duras sanciones impuestas por Occidente. La Casa Blanca indicó que las conversaciones se centrarán en el impacto directo de la guerra entre Rusia y Ucrania sobre la seguridad regional y global.
En tanto, el papa Francisco denunció la "barbarie" de matar a niños y a otros ucranianos indefensos y pidió que los ataques cesen "antes de que las ciudades queden reducidas a cementerios".
"En nombre de Dios, les pido: Detengan esta masacre", declaró el pontífice.