Israel atacó Gaza este martes, de madrugada, tras el lanzamiento ayer de cohetes hacia territorio israelí, el primer intercambio de fuego de este tipo en siete meses, lo que aumenta la volatilidad tras semanas de tensión en la región, aunque no se espera una dura escalada bélica con la franja como la de 2021.
Las sirenas sonaron de nuevo anoche en comunidades israelíes cercanas al enclave por el disparo de proyectiles
. Uno cayó dentro de Gaza y otro fue interceptado por el sistema antimisiles Cúpula de Hierro. En represalia,
Israel atacó puestos militares del grupo islamista Hamás en Gaza, que controla el territorio desde 2007, año de inicio del férreo bloqueo israelí sobre el enclave.
El impacto de las explosiones en la franja en plena noche, que no causaron heridos ni muertos, añadía otro elemento de inestabilidad en la región, marcada ya por la alta tensión: desde hace casi un mes, una serie de ataques, redadas, incidentes violentos y choques entre palestinos e israelíes se han saldado con unos 40 fallecidos en Israel y el territorio palestino ocupado de Cisjordania.
Fiestas religiosas
A este repunte, mientras se celebran el mes sagrado musulmán de Ramadán y la festividad judía de Pesaj, se sumaron estos días los fuertes enfrentamientos entre palestinos y la Policía israelí en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén, tercer lugar más sagrado del islam y el primero para los judíos, que consideran que ahí se sitúan los vestigios del Segundo Templo.
La irrupción en el recinto de extremistas judíos en pleno Ramadán ha exacerbado las tensiones con los palestinos; además de llevar a la cuerda floja al gobierno israelí, que recientemente ya perdió su mayoría parlamentaria, ante el riesgo de que se desmarque de la coalición el partido árabe islamista Raam, lo que haría caer el Ejecutivo.
Tras los incidentes en Jerusalén, Raam retiró temporalmente su participación en el Ejecutivo, donde comparte poder con fuerzas de ultraderecha, centro e izquierda israelíes. Aún así, analistas indican que los islamistas dieron este paso de cara a la galería, ante el malestar de su electorado árabe-israelí, pero sin voluntad real de retirar su apoyo al Ejecutivo de Naftali Bennett.
El viernes, los choques en la Explanada de las Mezquitas con más de 150 heridos y cientos de arrestados hicieron también que Hamás y otros grupos palestinos como Yihad Islámica amenazaran con acciones militares si seguían las irrupciones u cargas policiales en un complejo de alto simbolismo para la causa palestina y el islam.
Escalada del año pasado
La secuencia de sucesos es parecida al año pasado, cuando fuertes protestas en Jerusalén y la misma explanada durante Ramadán condujeron a una fuerte escalada bélica de once días entre Israel y las milicias palestinas de la franja. Fue el choque más duro desde 2014, y se saldó con 260 muertos en Gaza y 13 fallecidos en Israel.
"Los ataques contra Jerusalén y Cisjordania" son una línea roja para Hamás y las milicias de grupos como Yihad Islámica, que siguen atentos a la evolución de los acontecimientos en la Mezquita de Al Aqsa, según el analista palestino Husam Al Dajni.
"El detonador para una explosión" de mayor envergadura "aún está presente", advierte a Efe Al Dajni, residente en Gaza.
De hecho, todos los indicios apuntan a que Yihad Islámica -también con fuerte presencia en Gaza- estaría detrás del disparo de cohetes de anoche, aunque nadie reivindicó la autoría del lanzamiento; y no Hamás, que gobierna de facto el enclave.
Sin embargo, Moshe Aviram, profesor israelí de la Universidad Hebrea de Jerusalén, cree que la tensión es parte de los "altibajos" propios del largo conflicto palestino-israelí, y no ve que se den las condiciones para que las milicias palestinas o Israel estén dispuestos a entrar en una nueva confrontación militar directa.
"Nadie está realmente interesado en una escalada", tampoco Hamás, pese a su retórica contenciosa que "es como un tipo de espectáculo" para "demostrar su posición" ante los acontecimientos, según Aviram.
Disparidad entre milicias palestinas
Por un lado, Hamás se está aún recuperando de la gran devastación entre la población e infraestructuras que dejó la ofensiva israelí sobre Gaza del año pasado, lo que limitaría su margen de acción.
Estas semanas ha expresado por vía indirecta a Israel que no tiene intención de escalar tensiones, aunque en sus discursos ante el público inste a los palestinos a mantener la confrontación con Israel en los territorios ocupados de Cisjordania o Jerusalén Este, según distintos medios de comunicación.
Otra postura podría ser la de Yihad Islámica, de línea más dura que Hamás y que buscaría ahora arrebatar el puesto de sus pares islamistas como baluarte de la resistencia armada palestina.
En las últimas semanas, parte de sus milicianos se enfrentaron en choques armados a tropas israelíes en Cisjordania, y algunos también resultaron muertos en estos enfrentamientos.
Sin embargo, el brazo armado de esta facción tiene menos potencia militar que Hamás, y probablemente no podría prolongar por muchos días una ofensiva militar por sí sola contra Israel desde Gaza.